Manola Díez, una de las concursantes más comentadas de La Granja VIP, conmovió profundamente a la audiencia al abrir su corazón y compartir uno de los capítulos más dolorosos de su vida personal.
Durante una dinámica frente a la fogata, la actriz no pudo contener las lágrimas al confesar que, de sus ocho hermanos que siguen con vida, hoy solo mantiene contacto con uno, con el resto, la relación se rompió por completo tras una serie de situaciones que la marcaron emocionalmente.
El conductor Adal Ramones mostró a los participantes una foto de su infancia para invitarles a reflexionar sobre su pasado, al llegar el turno de Manola, la actriz recordó con nostalgia su niñez en una familia numerosa y cómo, con el paso del tiempo, los lazos con sus hermanos se fueron deteriorando hasta quedar rotos de forma definitiva.
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“Solo uno de mis hermanos me habla”: el dolor familiar de Manola Díez
Entre lágrimas, Manola confesó que siempre creyó que sus hermanos serían sus mejores amigos, pero la vida tomó otro rumbo.
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Contó que algunos de ellos han fallecido y que, a pesar del tiempo, aún no logra entender cómo el amor familiar terminó convertido en silencio y distancia.
Relató que tras su divorcio y una serie de problemas personales, su familia comenzó a alejarse poco a poco, aunque es conocida por su carácter fuerte, la actriz mostró su lado más vulnerable al admitir que el distanciamiento familiar ha sido uno de los golpes más duros que ha enfrentado.
El motivo que rompió a su familia: “Cuando me quedé sin dinero, se fueron”
Manola Díez explicó que todo cambió cuando decidió divorciarse del padre de su hijo, la separación no solo significó un cambio emocional, sino también un impacto económico, fue entonces cuando empezó a notar la frialdad de sus hermanos.
“A mí me dejaron de hablar cuando me divorcié, cuando mi hijo tuvo un accidente y tuve que dejar mi trabajo para cuidarlo. No me arrepiento, pero cuando me quedé pobre, ellos se alejaron con cualquier pretexto”, declaró con la voz entrecortada.
Recordó que uno de los momentos más difíciles fue cuando su hijo casi pierde un ojo en un accidente, lo que la obligó a pausar su carrera para atenderlo. En lugar de recibir apoyo, vivió el abandono.
“Cuando estaba casada y tenía dinero, todos estaban conmigo. Pero cuando las cosas se pusieron difíciles, desaparecieron. Entonces entendí que nunca me quisieron de verdad”, afirmó con contundencia.
