En las últimas semanas, se han vuelto virales diversos videos donde usuarios del transporte público en Nuevo León protagonizan peleas y agresiones físicas a bordo de camiones urbanos.
Uno de los casos más graves ocurrió cuando un chofer de la ruta 220 perdió la vida tras un altercado con un pasajero. Este tipo de incidentes, cada vez más comunes, ha generado preocupación entre autoridades y ciudadanos,
¿Qué provoca que las personas reaccionen con tanta violencia en los camiones?
De acuerdo con Dolores Mercado, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM, este fenómeno se conoce como “violencia de masas”, un comportamiento en el que los individuos pierden su identidad y su sentido moral al encontrarse dentro de una multitud.
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En entrevista para UNAM Global, la experta explicó que las condiciones de saturación, el estrés por el tiempo y la falta de consecuencias ante las faltas de respeto generan un entorno propicio para la agresión.
Factores de riesgo
La académica detalló que factores como los largos trayectos diarios, el cansancio, la ansiedad y la presión por llegar al trabajo provocan irritabilidad entre los usuarios.
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Además, el comportamiento colectivo influye directamente en las reacciones individuales: “Cuando alguien transgrede una regla y no hay sanción, otros copian esa conducta, lo que desencadena una espiral de violencia”, apuntó Mercado.
Este fenómeno, añadió, implica un retroceso a etapas más primitivas del desarrollo, en las que las normas sociales y la conciencia moral —el llamado “Superyó”— se debilitan. El resultado es un entorno donde la agresión se normaliza y se percibe como una respuesta legítima ante la frustración o la impotencia.
La situación es especialmente alarmante si se considera que México ocupa el primer lugar en América Latina en violencia hacia las mujeres en el transporte público, con un 64 por ciento de usuarias que ha sufrido algún tipo de agresión sexual, según cifras citadas por la especialista.
Expertos coinciden en que reducir la violencia en los camiones requiere mejorar la infraestructura del transporte, reforzar la educación cívica y fomentar la empatía y la cultura del respeto en los espacios públicos.