Una intensa movilización policial se registró la mañana del jueves tras una persecución que comenzó en Ramos Arizpe, Coahuila, y culminó en Monterrey, Nuevo León, luego de que un camión de carga fuera señalado presuntamente como robado.
Sin embargo, lo que parecía un operativo por un delito grave terminó convirtiéndose en un malentendido que no dejó detenidos ni cargos formales.
De acuerdo con los primeros reportes, el camión de aproximadamente tres y media toneladas circulaba por la autopista Monterrey–Saltillo cuando elementos de la Policía Federal le marcaron el alto.
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Los tripulantes, identificados como Martín “N”, Eduardo “N” y Rafael “N”, afirmaron que creyeron que se trataba de una patrulla falsa y que estaban siendo víctimas de un intento de extorsión o privación de la libertad, por lo que aceleraron rumbo a Nuevo León.
Durante la huida, el vehículo impactó varias plumas de cobro en las casetas de la autopista, lo que generó una persecución de varios kilómetros entre las autoridades.
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Finalmente, el operativo concluyó en el cruce de Juan Antonio L. Rodríguez, ya en Monterrey, cuando el camión chocó contra un poste y fue interceptado por elementos de la Policía de Monterrey.
Los tres ocupantes fueron detenidos en el sitio mientras se realizaban las investigaciones, en un inicio, se sospechó que el camión tenía reporte de robo, pero un representante legal de la empresa propietaria del vehículo acudió al lugar para aclarar que la unidad no había sido robada.
Tras verificar la información, las autoridades confirmaron que no existía denuncia alguna ni evidencia de delito, por lo que los tripulantes quedaron en libertad. Los únicos daños registrados fueron materiales, principalmente en las casetas y en el punto del impacto en Monterrey.
La empresa propietaria del camión se comprometió a cubrir los gastos ocasionados durante el percance, mientras que los elementos federales abandonaron el sitio sin emitir declaraciones ni presentar cargos.
