El 29 de enero de 2002, Monterrey fue escenario de uno de los crímenes más atroces en su historia reciente, el asesinato de Ana Nassar Campos, una niña de 13 años, a manos de Julio Castrillón Escobar, quien en ese entonces tenía 16 años. El caso, que conmocionó a la ciudad y al país, aún despierta controversia y misterio 23 años después.
El nacimiento del Asesino de San Jerónimo
Todo comenzó cuando Ana fue invitada por Julio a su casa en la colonia Colinas de San Jerónimo. Mientras Julio tocaba la guitarra, Ana se sentó frente a la computadora. En ese momento, Julio tomó una mancuerna de 10 kilogramos y, de manera sorpresiva, la golpeó en el cráneo. Tras desmayarse, la arrastró al baño y la hirió con un machete en el cuello, además de amputarle un dedo.
El cuerpo de Ana fue escondido en una caja de plástico, que Julio arrastró por su casa y enterró en el jardín. Mientras tanto, la familia Castrillón intentó encubrir el crimen.
La madre de Julio, Delia Escobar, negó la entrada a la casa a las hermanas de Ana y mintió sobre su paradero. La situación pasó desapercibida por unas horas, hasta que Julio confesó el crimen a su psiquiatra, lo que llevó a la investigación y detención de los responsables.
El juicio y sus presuntas irregularidades
El caso fue aún más polémico debido a las influencias políticas de la familia Castrillón. Julio era hijo de un militante del PAN y exdiputado local, lo que generó dudas sobre la imparcialidad en el proceso judicial.
Los padres de Julio fueron detenidos por complicidad, pero luego liberados bajo una fianza que se presume fue de 60 mil pesos impuesta por el juez, mientras que Julio, como menor de edad, fue internado en el Consejo Tutelar de Menores, donde intentó fugarse en varias ocasiones.
Julio Castrillón "El asesino de San Jerónimo" sale de prisión
En 2007, tras cumplir cinco años de condena, Julio fue liberado y comenzó una nueva vida como docente en Puebla, donde reside actualmente con su esposa e hijo.
Sin embargo, la resolución del caso dejó un sabor amargo en una parte de la sociedad, que aún duda sobre la verdadera autoría del crimen.
¿Quién cometió el crimen?
A lo largo de los años, se han manejado diversas hipótesis. Una de las más populares sugiere que el verdadero autor intelectual del crimen podría haber sido la madre de Julio, motivada por celos hacia la relación de su hijo con Ana.
Otra versión sostiene que Julio asumió la culpa para obtener una condena más benévola por su edad. La obra teatral La Manera Más Perversa abordó esta teoría de manera ficticia.