El inicio del año nuevo trajo consigo alegría para algunos, pero para varias familias de Monterrey, la celebración se convirtió en angustia debido al extravío de sus mascotas. El estrés generado por la detonación de pirotecnia, una práctica ilegal en Nuevo León, provocó que perros y gatos huyeran desorientados.
En Nuevo León, tanto la venta como la detonación de pirotecnia están prohibidas debido a sus efectos negativos en el medio ambiente, la salud de las personas y el bienestar de los animales. Sin embargo, pese a esta regulación, el uso de artefactos explosivos continuó durante las festividades de fin de año, causando estrés y temor en muchas mascotas.
El ruido intenso genera reacciones como taquicardia, pérdida de orientación y un impulso por escapar en busca de refugio. Esto se tradujo en numerosos casos de extravío reportados en grupos de redes sociales como "Mascotas perdidas de Monterrey", donde ciudadanos han compartido fotografías de sus animales desaparecidos, solicitando ayuda para encontrarlos. Los casos se registraron en sectores como Barrio Estrella, Cumbres, Anáhuac, y Cerradas de Santa Rosa, entre otros, abarcando municipios como Monterrey, San Nicolás, Guadalupe, Apodaca y Juárez.
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Uno de los casos que destacó fue el de un perrito resguardado por un ciudadano tras haber llegado asustado a su domicilio. Este tipo acciones se ha repetido en varios hogares, ya que así como unos buscan a sus mascotas, otros buscan a los dueños de los perritos que acudieron a sus casas en búsqueda de refugio.
Otro incidente, reportado por Protección Civil de Nuevo León, involucró a un perro que quedó atrapado en un barandal en la colonia Ébanos Residencial, en Apodaca y es que el ruido de la pirotecnia provocó este comportamiento ansioso en el animal.
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Lamentablemente, no todos los casos tuvieron un desenlace positivo. En la Fundación Bruno, ubicada en el municipio de Juárez, un perrito rescatado conocido como ‘Rayito’ falleció tras sufrir un infarto provocado por el estrés de la pirotecnia.
“Su p*** pirotecnia hizo que a uno de nuestros perritos rescatados le diera un infarto en la veterinaria, aun cuando se le habían administrado calmantes. Acaba de fallecer. Este NO es un feliz año”, publicó la fundación en redes sociales.
‘Rayito’ era un perrito que había sido rescatado de la calle y estaba bajo tratamiento médico. Pese a los calmantes administrados por el veterinario, no pudo resistir el pavor causado por los estallidos.