A lo largo del paso del tiempo, la historia queda plasmada en los lugares, fieles testigos de muchos acontecimientos, pero que esos espacios perduren hasta nuestros días, ¿es posible?.
Hoy sabemos que si, en Montemorelos se localiza la Hacienda García, la única hacienda en Nuevo León del siglo XIX que además de mantener su arquitectura original sigue siendo propiedad de la familia que la fundó nueve generaciones después.
Esta edificación está ubicada en la carretera Montemorelos- General Terán, a 50 minutos de Monterrey, está rodeada de naranjos, y hoy se sabe su construcción fue terminada en 1838.
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Según los datos proporcionados por la descendencia de esta familia, en tiempos de la colonia después de concluir la construcción, inmediatamente después se tenía la costumbre de marcar la fecha del término de las casas. En la sala la viga central dice “Leonardo García Guerra a 5 días del mes de julio de 1838”.
El espacio alberga múltiples habitaciones, una de ellas, el famoso “Cuarto de Don Leonardo” porque según los moradores se cree que Leonardo García Guerra, quien terminó la Casa de la Hacienda en 1838, murió en ese cuarto pocos años después.
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Los vestigios del paso de los años aún se conservan en la cocina donde aún se prende el fogón para preparar los alimentos mientras se puede ver una mesa para 10 personas, pero que no es el único espacio que tiene la casa para degustar los alimentos, el comedor principal, que se dice fue un regalo del presidente Plutarco Elías Calles a a Don Guillermo García Wels.
En el exterior destaca la placa del molino de la que dice “Hacienda el Ranchito, Valeriano García Galván, 1910 Montemorelos, Nuevo León”, calificado como "peor momento para importar de EUA este molino cuyo movimiento impulsado por agua molía la caña hasta producir una aguamiel que después convertían en pilonsillo.
Ese año iniciaría la revolución mexicana destruyendo el comercio prácticamente por completo, por si fuera poco la popularidad del azúcar de caña y remolacha producido en las grandes refinerías desplazaba rápidamente el consumo del pilonsillo".
El terreno árido de la región hizo a los primeros pobladores ser visionarios y los habitantes de la Hacienda García construyeron un acueducto que recorría gran parte de la propiedad para abastecer del vital líquido a sus pobladores.
Actualmente este espacio se promueve como lugar turístico para eventos sociales incluso como set de filmación con terraza, mesas al aire y hasta grandes plantíos que dependiendo de la temporada sirve para el cultivo de naranja o se convierten en viñedos.