El huracán Gilberto impactó a Monterrey un 17 de septiembre de 1988, hoy, después de 36 años del suceso meteorológico, los recuerdos permanecen en la memoria de los regiomontanos.
Catalogada como una de las peores catástrofes que se han vivido en la Sultana del Norte, no solo dejó decenas de personas sin vida, sino que también provocó innumerables daños materiales, especialmente en los alrededores del río Santa Catarina.
¿Dónde nació el huracán Gilberto?
Gilberto se formó el 8 de septiembre de 1988 como la depresión tropical número 12 de la temporada, cerca de las Islas de Barlovento.
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La depresión se intensificó a tormenta tropical el 9 de septiembre, y recibió su nombre.
El trayecto hacia Jamaica lo hizo con vientos de 200 kilómetros por hora que hacían en ese momento a Gilberto un huracán categoría 3. Fue el primer huracán en impactar directamente a Jamaica desde 1951.
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Al alejarse de la costa de Jamaica, Gilberto comenzó de nuevo a intensificarse rápidamente. El huracán acababa de alcanzar la categoría 5 al pasar por las Islas Caimán. La intensificación de Gilberto continuó hasta alcanzar sus vientos sostenidos máximos de 296 km/h.
Esto lo colocó como el segundo huracán con vientos más intensos desde que se tiene registro, solo superado por el huracán Allen con vientos de 305 km/h.
Gilberto tocó tierra por segunda ocasión el 14 de septiembre en la península de Yucatán, México, como un huracán de categoría 5.
El fenómeno meteorológico se degradó a tormenta tropical con vientos sostenidos de 100 km/h justo antes de golpear a Monterrey, además de causar graves daños por inundaciones debido a las lluvias torrenciales que dejó en todo el noreste de México, por lo que fue considerado como el "Huracán del Siglo XX" en nuestro país.
Así lo vivieron los regiomontanos
La tormenta inició por la madrugada de aquel día y fueron más de 20 horas continuas de lluvia, esto provocó que diversos ríos se desbordaran, especialmente el río Santa Catarina, que se encuentra entre la avenida Constitución y avenida Morones Prieto.
El agua llegó a alcanzar el nivel de los puentes peatonales que se encuentran en este río y debido a la gran fuerza de la corriente, la tierra comenzó a deslizarse, consumiendo carriles de las mencionadas vialidades.
El huracán dejó cientos de casas inundadas, calles destruidas, vehículos arrastrados por las aguas del río, así como más de 300 mil personas damnificadas. Aunque la cifra fue posiblemente mayor, el Gobierno de Nuevo León comunicó en su momento que murieron más de 200 personas y se dejaron 200 millones de pesos en daños.
La tragedia quedará por siempre en la memoria de los nuevoleoneses, ya que las horas que duró esta tormenta han sido descritas como ‘infernales’ por decenas de personas que vivieron la angustia de perder su patrimonio y/o tener desaparecido a algún familiar.