Diciembre ya está aquí y junto con él la tradicional puesta del árbol de navidad. En los hogares, oficinas, centros comerciales y escuelas es común encontrar estos árboles llenos de luces y con variados tipos de decoraciones, cada uno con un toque personal o familiar.
Sin duda, es el elemento decorativo por excelencia en las fiestas navideñas, pero no viene solo, su comercialización va de la mano con objetos relacionados a la temporada como luces, esferas de vidrio o plástico y demás aditamentos.
Procedente de Alemania, el árbol de Navidad llegó al continente americano durante el siglo XIX. En México los puedes encontrar tanto artificiales o naturales, todo depende de las necesidades o gustos.
Los ejemplares naturales, ya sean nacionales o importados, son producidos en plantaciones forestales comerciales especializadas, y representan una opción que deleita la pupila y el olfato, al llenar el ambiente con su rico aroma fresco y de bosque característico de la Navidad.
¿Cómo llegaron los árboles de Navidad en México?
Los árboles de Navidad llegaron a México en el reinado de Maximiliano de Habsburgo (1864-1867). Al ser fusilado, se desprestigiaron las costumbres fomentadas por el emperador y su corte; así el pueblo dejó de decorar árboles en Navidad.
En 1878, Miguel Negrete, rival de Porfirio Díaz, adornó un enorme árbol de forma tan espectacular, que le valió mención en varios diarios de la época. La población adoptó paulatinamente este uso, sobre todo en las zonas urbanas, en donde alcanzó su auge a partir de los años 50, cuando la mercadotecnia estadounidense fomentó más la tradición por medio del cine y la televisión.
En la actualidad, ¿te imaginas una Navidad sin un árbol natural o artificial decorado? Resulta difícil, basta observar los hogares y sitios públicos adornados con árboles de Navidad durante los meses de noviembre, diciembre y enero.
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Conoce a la Red de Productores Mexicanos de Árboles de Navidad
Con frecuencia se piensa que para obtener un árbol de Navidad natural se deforestan los bosques, sin embargo esto es un mito.
Las plantaciones forestales comerciales de árboles de Navidad se presentan como una alternativa para producir los árboles que demanda el mercado nacional, sin afectar los bosques naturales y contribuyendo a mejorar el aprovechamiento sustentables de los recursos forestales.
En este tipo de plantaciones, los poseedores de las parcelas realizan un aprovechamiento continuo del recurso forestal, pues al momento en que se aprovecha un árbol, en la siguiente temporada de lluvia, se planta otro o se utilizan los rebrotes para formar un nuevo árbol, de esta forma es un recurso que se aprovecha en forma sustentable.
Los árboles de Navidad naturales provienen en su mayoría de zonas donde se practicaban actividades agropecuarias, pero las características del terreno ocasionaban que estas fueran poco productivas.
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Las plantaciones de árboles de Navidad devuelven la vocación forestal a estas áreas que ahora tienen árboles todo el año pues, después de la cosecha, se reforesta para contar con más ejemplares que tardan entre tres y ocho años en alcanzar tamaño comercial.
Al iniciar una plantación se eligen especies nativas adaptadas a los climas y orografía de la zona, por lo que las plantaciones funcionan como una extensión del hábitat natural de muchas especies animales y vegetales.
Una buena parte de los árboles naturales son importados pero traen consigo un enorme riesgo de contagio de enfermedades o de diseminación de plagas que pudieran causar un gran problema de sanidad forestal a nivel local, regional o hasta nacional.