El huracán Rafael, se ha intensificado siendo ahora clasificado como categoría 2 en la escala de Saffir-Simpson, sigue su curso por el Caribe.
Sin embargo, su cercanía a áreas del sureste de México ha encendido las alarmas de Protección Civil de Nuevo León, que mantiene en constante monitoreo su trayectoria para anticipar cualquier posible impacto indirecto en la región.
Según los últimos informes de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), el centro del huracán se localiza a 545 km al este de Cancún, Quintana Roo, y presenta vientos máximos sostenidos de 160 km/h, con ráfagas de hasta 200 km/h.
¿Qué significa esto para Nuevo León?
Aunque Rafael no se encuentra en trayectoria directa hacia Nuevo León, las autoridades estatales, encabezadas por el Centro de Operaciones de Emergencia de Protección Civil de Nuevo León, han activado un plan de vigilancia para monitorizar la evolución del huracán.
En situaciones como esta, los efectos secundarios como lluvias intensas, cambios en las condiciones del viento o alteraciones en el clima general son posibles, lo que podría tener un impacto en el estado, especialmente en el norte y noreste de México, donde se suelen registrar cambios climáticos abruptos debido a fenómenos meteorológicos cercanos.
¿Cómo prepararse ante la posible llegada del huracán?
Aunque por el momento no se anticipan daños graves en Nuevo León, las autoridades recomiendan a la población mantenerse informada a través de fuentes oficiales como la Secretaría de Protección Civil y la Conagua, que seguirán actualizando sobre cualquier cambio en la trayectoria del huracán o en las condiciones meteorológicas del estado.
Además, Protección Civil ha instado a la ciudadanía a estar preparada para situaciones de lluvia intensa o vientos fuertes, especialmente en áreas vulnerables a inundaciones y deslizamientos de tierra. El monitoreo constante y la coordinación entre las autoridades locales son esenciales para garantizar la seguridad de los habitantes de Nuevo León.