El 26 de junio de 2020, la CDMX despertó con uno de los atentados más violentos registrados en su historia reciente: el intento de asesinato del entonces secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, en plena capital del país. La emboscada, perpetrada por un comando armado con fusiles de alto poder, dejó un saldo de tres personas muertas y generó una fuerte reacción del gobierno federal y capitalino.
El ataque ocurrió alrededor de las 6:38 de la mañana, en Paseo de la Reforma y Monte Blanco, en la colonia Lomas de Chapultepec. García Harfuch se dirigía a una reunión de seguridad cuando su convoy fue interceptado y atacado con armas largas y granadas.
¿Cómo ocurrió el ataque?
De acuerdo con la investigación oficial, al menos 28 personas participaron en el atentado, muchas de ellas provenientes de distintos estados, entre ellos Jalisco, Guerrero y Michoacán. El grupo criminal responsable fue el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que buscaba asesinar al jefe de la policía capitalina por su papel en la lucha contra el crimen organizado.
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Los agresores utilizaron camionetas blindadas, armas tipo Barrett calibre .50, fusiles de asalto y lanzagranadas. En cuestión de segundos, una lluvia de balas impactó los vehículos del convoy. A pesar de la intensidad del ataque, García Harfuch logró sobrevivir con tres impactos de bala y esquirlas en distintas partes del cuerpo.
Víctimas y reacción del gobierno
En el atentado murieron tres personas: dos escoltas del secretario y una mujer civil que circulaba por la zona. El ataque fue condenado enérgicamente por el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien aseguró que no se daría marcha atrás en el combate al crimen organizado. La entonces jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, reforzó la seguridad en la capital y prometió una investigación a fondo.
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Días después, García Harfuch apareció públicamente en una cama de hospital con el brazo inmovilizado, reiterando su compromiso de seguir luchando contra los grupos criminales.
El atentado contra Omar García Harfuch en 2020 marcó un punto de quiebre en la estrategia de seguridad en la CDMX, evidenciando la capacidad de fuego del CJNG y la vulnerabilidad de los altos mandos de seguridad, incluso en zonas de alta vigilancia.
