A pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró durante su pasada conferencia matutina del 10 de abril que las acusaciones en contra del ex secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos fue una venganza por parte de la DEA; esta es la otra parte de la historia.
Salvador Cienfuegos Zepeda, fue secretario de Defensa durante el sexenio de Enrique Peña Nieto (2012-2018) y acusado de lavado de dinero, tráfico de heroína, cocaína, metanfetamina y marihuana, que se dio a conocer por una denuncia presentada por la Corte del Distrito Este de Nueva York.
Todo esto fue resultado de una investigación realizada por la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), de acuerdo con New York Times.
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Y es que, cuando la justicia estadounidense logró la extradición del entonces militar mexicano con mayor rango, suscitó una lucha “diplomática” y de poderes.
Tras permanecer solamente un mes detenido en Estados Unidos, Salvador Cienfuegos fue regresado a México "para que pudiera ser juzgado en su país de origen", tal y como afirmó en su momento la Fiscalía General de la República (FGR).
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La Operación Padrino
Durante años, la DEA estuvo tras los pasos de Cienfuegos debido a sus nexos con el cártel H-2 (el grupo criminal que generó una terrible ola de violencia) del cual, el ex secretario formó parte de su negocio, ayudándolos con el tráfico de droga vía marítima.
Dicha operación hizo que el ex militar fuera apodado como “El Padrino”, ya que esto reflejaba su verdadera posición de poder en una pirámide que involucraba a las fuerzas armadas, el gobierno mexicano y el narcotráfico.
AMLO y los expedientes fabricados
AMLO llegó a asegurar que dicho expediente en contra de Salvador Cienfuegos, que forma parte de la Operación Padrino fue fabricada por la DEA, ya que Estados Unidos no pudo controlar al ejército en su momento.