El Estado de México ha experimentado un cambio sin precedentes en sus cifras de seguridad, especialmente en lo que respecta a la disminución de homicidios dolosos.
Tres meses consecutivos de reducción representan sin duda una gran mejora para los habitantes de municipios como Chimalhuacán, Nezahualcóyotl y Ecatepec, que durante décadas y administraciones pasadas fueron focos de preocupación por sus índices de violencia.
Este logro habla de un enfoque integral y eficiente impulsado por la administración de Delfina Gómez Álvarez, con una estrategia actual, que se basa en tres pilares fundamentales: profesionalización, modernización y colaboración interinstitucional.
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En un gesto que rara vez se ve en el país, el Gobierno del Estado de México ha apostado por dignificar la labor de sus elementos de seguridad, incrementando salarios y dotándolos de mejores herramientas y vehículos para optimizar su trabajo.
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Es evidente que esta inversión en la policía no solo incrementa la moral de los agentes, sino que fortalece su capacidad para responder rápidamente y de manera efectiva ante posibles situaciones de riesgo.
Además, la mejora en el sistema de videovigilancia del C5 y la reducción de los tiempos de respuesta en emergencias, pasando de nueve a cinco minutos, son acciones concretas que demuestran una planificación que va más allá de los discursos y se traduce en resultados visibles.
Esto es lo que la ciudadanía demanda y lo que la política que ha implementado Delfina Gómez logra: mayor seguridad a través de infraestructura y tecnología.
Es indiscutible que los resultados obtenidos hasta el momento son alentadores para la consolidación de un estado en el que la seguridad sea un derecho garantizado para todos.