Después de dos semanas de haberse hecho publicó el caso, pero más de dos meses de sufrir prácticas discriminatorias, Paola, una estudiante de secundaria en el municipio de villa de Tututepec, Oaxaca, sigue sin poder ingresar a la escuela, ello ante la oposición de autoridades y padres de familia de que use pantalón y no falda como parte del uniforme escolar.
Pese a la intervención del director del instituto estatal de educación pública de Oaxaca, Emilio Montero Pérez, quien acudió a la comunidad y tras siete horas de reuniones, el diálogo fracasó y la alumna sigue sin la posibilidad de ingresar a tomar clases a la Escuela Telesecundaria “José Vasconcelos”.
La autoridad educativa únicamente consiguió la apertura del centro educativo que llevaba dos semanas cerrado por el conflicto generado, a la par que ofreció como alternativa cambiar a la joven de plantel a bajos de chila, una comunidad cercana, inscribirla en una institución privada o en su caso contratarle personal docente propio.
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Lo anterior, a pesar de que existe una medida cautelar emitida por la Defensoría de los Derechos Humanos de Oaxaca (DDHPO) hacia la adolescente para que se garantice su derecho a la educación, permitiéndole el acceso al colegio sin condicionamiento alguno.
Dicha instancia hizo un llamado a las autoridades para que busquen medidas alternativas que faciliten la resolución pacífica de este conflicto y encuentren un equilibrio que permita una adecuada ponderación de derechos que coadyuve a conservar la paz en la comunidad, además reiteró el llamado que hizo el 16 de marzo, con el fin de considerar el uso de “uniforme escolar neutro” para que las y los estudiantes elijan libremente portar pantalón o falda para asistir a clases.
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Y es que es justamente la inconformidad que derivó del uso de pantalón y no de falda por parte de la menor de edad, sin embargo, de acuerdo con la DDHPO, las y los alumnos tienen derecho a tomar la decisión de cualquiera de las dos opciones sin ser juzgados ni discriminados, lo que además contribuye a abatir los estereotipos de género y las desigualdades, pues las mujeres estudiantes pueden realizar todo tipo de actividades en igualdad de condiciones que sus compañeros hombres.
Pese a lo anterior, madres y padres de familia de la telesecundaria insisten en respetar el reglamento interno establecido por la telesecundaria, mismo que evidentemente no puede estar por encima de lo establecido en la Constitución política, ni de tratados internacionales o los derechos humanos, y en este caso del interés superior de las niñas, niños y adolescentes.
La problemática se dio a conocer desde enero pasado, es decir, Paola lleva casi tres meses sufriendo prácticas discriminatorias y violaciones a sus derechos humanos, que incluso han derivado en agresiones físicas ante la negativa de permitirle el ingreso a la escuela.