El Fiscal de Morelos, Uriel Carmona Gándara, quien ahora es un implicado más en el caso de Ariadna Fernanda, también tiene un pasado poco favorable, pues en el gremio político lo conocen como el fiscal “carnal”.
Fue nombrado así desde que tomó protesta ante el Congreso de Morelos en 2018, como parte de una supuesta terna que tenía con el entonces gobernador, Graco Luis Ramírez Garrido.
Desde ese entonces, su carrera política ha estado llena de controversias, pues a finales de 2020, la Fiscalía General de la República (FGR) presentó una solicitud de desafuero en su contra por incumplir con los exámenes de control de confianza.
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El personaje incómodo de Morelos
Luego de haber afirmado que Ariadna Fernanda (la joven hallada muerta en una carretera en el estado de Morelos) había fallecido por una “broncoaspiración” y no a causa de un feminicidio, el historial del fiscal ha salido a relucir una vez más.
Uriel Carmona Gándara, viene de una familia de exmagistrados y notarios, y cuando fue designado como el titular de la Fiscalía del Estado, fue acusado de nombrar a Juan Salazar Núñez para que ocupara el cargo de fiscal anticorrupción sin que cumpliera los exámenes de control de confianza.
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Otro funcionario con nexos con el narcotráfico
En la filtración de documentos que hizo el grupo de hackeadores activistas ‘Guacamaya’, el nombre del fiscal Uriel Carmona Gándara, salió a relucir con supuestos nexos con el narcotráfico, en específico, con el Cártel de los Rojos.
Dicha célula delictiva está asentada tanto en Morelos como en Puebla, Guerrero y el Estado de México, la cual, es una fragmentación del Cártel de los Beltrán Leyva.
El asesinato de Ariadna Fernanda, demostró que el Fiscal de Morelos (entidad con una tasa de feminicidios de 64 en 7 meses de lo que va de 2022) y pese a la decretación de la alerta de género en ochos municipios del estado, sigue encubriendo a los feminicidas, tal y como lo afirmó la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.