En medio del dolor y la incertidumbre, la tarde de este jueves sepultaron los restos de la pequeña Mia Mayrín, la niña que murió en el derrumbe registrado el pasado viernes en el Cerro del Chiquihuite, municipio de Tlalnepantla, Estado de México, y cuyos restos fueron rescatados de los escombros el día martes.
Cientos de personas acompañan a don Jorge Mendoza, papá de Mia Mayrín, al panteón municipal Lázaro Cárdenas, ubicado a escasas cinco cuadras de donde la niña fue velada las últimas horas.
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Mariachis, velas, oraciones y llanto acompañan el cuerpo de Mia Mayrín a su última morada, pero el dolor no termina, porque los cuerpos de rescate aun buscan con las mismas dificultades que al principio a la señora Paola, de 22 años, así como al pequeño Dilan, de cinco años, esposa e hijo de Jorge Mendoza.
Desde ayer miércoles, las condiciones en la zona cero han cambiado radicalmente, la absorción de agua en el subsuelo y los movimientos que se hicieron en los trabajos de remoción para rescatar del cuerpo de Mia Mayrín, propiciaron condiciones de riesgo, incluso se tuvo que reducir la célula de rescatistas de ocho a solo tres integrantes por cuadrilla.
La posibilidad de nuevos derrumbes es latente
Respecto a la petición de protección civil estatal para que en municipios mexiquenses y alcaldías de la Ciudad de México aledañas al Cerro del Chiquihuite no hubiera quema de pirotecnia, la ciudadanía atendió con responsabilidad este llamado y no se registraron detonaciones importantes de fuegos artificiales.
Además, policías estatales y municipales de Tlalnepantla realizaron recorridos para inhibir la venta y quema de cohetes que generan vibraciones.