Tras ser encontrada sin vida, debajo de las enormes rocas que se desprendieron del Cerro del Chiquihuite, en Tlalnepantla, Estado de México, desde el pasado viernes, la pequeña Mía Mayrín de tres años de edad es velada desde la madrugada de este miércoles en un domicilio de la colonia Lázaro Cárdenas, Segunda Sección, cerca de donde fue el derrumbe; mañana será sepultada.
Luego de ser identificada, los restos de Mía fueron entregados a su padre.
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Velas, flores, oraciones y apoyo de despensas rodean el pequeño ataúd blanco de la niña, mientras en la zona del derrumbe rescatistas trabajan para sacar los restos de su mamá, Paola, de 22 años, así como de su hermano, Dilan, de cinco años.
Los trabajos de búsqueda se reiniciaron en punto de las 07:30 horas de este miércoles.
Al respecto, el coordinador general de Protección Civil y Gestión de Riesgos del estado, Samuel Gutiérrez Macías, admitió que por el momento no hay indicios sobre dónde pudieran estar los restos de las dos personas que siguen desaparecidas.
Incluso advierte que por la absorción de agua y los trabajos de remoción se han registrado movimientos que dificultan las tareas de búsquedas.
El funcionario estatal insistió en la petición de que esta noche no haya quema de pirotecnia en las inmediaciones del Cerro del Chiquihuite, cualquier estruendo puede derivar en un desprendimiento.
Ayuntamientos de la zona y el Instituto Mexiquense de la Pirotecnia harán rondines para frenar cualquier intento de quema de fuegos artificiales.
También ha iniciado el censo para determinar el número de viviendas afectadas y la entrega de apoyos a los damnificados.
Este conteo será base para determinar cuántas casas sufrieron pérdida total, cuántas pueden ser reparadas y, sobre todo, cuántas tiene que ser reubicadas porque el Cerro del Chiquihuite sigue siendo zona de alto riesgo por derrumbes.