Por Herbeth Escalante, corresponsal
En 58 municipios de Yucatán, se instalaron mesas de votación del llamado ejercicio participativo abierto a la ciudadanía sobre el Tren Maya, para que la ciudadanía manifieste si está a favor o en contra del proyecto que se construirá en el sureste del país.
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Tal y como se anticipó, la jornada se llevó a cabo sin supervisión de autoridades electorales federales o estatales.
El delegado del Gobierno Federal en Yucatán, Joaquín Díaz Mena, aseguró que este proceso fue libre y sin presión, además de que de acuerdo con los reportes que recibió, hubo "buena afluencia y gran participación".
Sin embargo, pese a los dichos del funcionario federal, llamó la atención que los encargados de las mesas de votaciones entregaban a la gente folletos con información sobre los beneficios económicos y ambientales del Tren Maya, justo antes de sufragar.
Previamente, el sábado, se realizó la etapa final de las consultas indígenas sobre el Tren Maya en los municipios yucatecos de Tixpéual, Maxcanú, Chichimilá, Dzitás y Tunkás, ejercicio que no fue vinculante.
No obstante, el Gobierno Federal informó que las comunidades originarias aceptaron la implementación de la obra "por consenso y sin opiniones en contra".
En ese sentido, activistas y académicos han precisado que dichas consultas en realidad no fueron previas, libres, ni informadas, además de que las autoridades no actuaron de buena fe en su desarrollo.
De igual forma, no permitieron la autodeterminación de las comunidades mayas y no se trató del método tradicional para que los pueblos originarios tomen decisiones.