Unos mil migrantes centroamericanos, hastiados de estar ya una semana en Tijuana, se dirigían en manifestación este domingo hacia un puente fronterizo para exigir a Estados Unidos que los reciba para presentar su solicitud de refugio.
Por la mañana, en el albergue donde se encuentran unos cinco mil centroamericanos en condiciones de hacinamiento, mientras unos hacían enormes filas parar recibir un desayuno, otros se preparaban para protagonizar otra marcha hacia el puente fronterizo El Chaparral, luego de que el pasado jueves hicieron lo mismo mientras desde Estados Unidos se realizaba un ejercicio de seguridad en el que se utilizaron incluso gases lacrimógenos.
Los migrantes improvisaron pancartas con mantas en las que dibujaron las banderas de México, Honduras y Estados Unidos, algunos otros escribieron lemas como “#Todos somos hermanos”, “Gracias México por albergar a nuestros hijos”, “Trump no somos tus enemigos”.
Helicópteros estadunidenses seguían desde el cielo los movimientos del albergue, localizado muy cerca de la valla que separa a Tijuana de San Diego, California.
Esta estrecha vigilancia es parte del dispositivo de seguridad ordenado por el presidente estadunidense, Donald Trump, quien acusa a los centroamericanos de pretender invadir Estados Unidos luego de cruzar México en una gigantesca caravana.
El albergue era también resguardado por policías federales y locales en previsión de que grupos locales contrarios a los migrantes lleguen a manifestarse, como ocurrió la semana pasada.
La paciencia de los centroamericanos, en su gran mayoría hondureños, llega a su límite al darse cuenta de que podrían pasar meses para que puedan cruzar la frontera para solicitar refugio, con el argumento, principalmente, de que huyen de la pobreza y la violencia en sus países.
A medida que se acentúan las tensiones en Tijuana, desde Estados Unidos Trump presiona a México para que acepte que los centroamericanos permanezcan en su territorio a la espera de que se resuelva su solicitud de refugio.