Aunque las autoridades del Gobierno de Oaxaca instalaron ocho albergues para las familias damnificadas por el sismo de 8.2 grados en la zona del Istmo, la mayoría ha optado por pernoctar en la calle y cuidar sus viviendas por temor a la rapiña.
La casa de Omar Linares, quedó destruida completamente. Perdió sus pertenencias personales, enseres domésticos, y cosas de valor.
“Estamos durmiendo aquí en la calle desde que pasó el temblor, cuidando”, comentó.
Explicó que entre los vecinos se organizaron con la finalidad de estar alertas ante cualquier intento de saqueo.
Elementos del Ejército, Policía federal y otras corporaciones continúan los trabajos de ayuda a los damnificados y en búsqueda de más sobrevivientes.
De acuerdo con las autoridades, Juchitán fue el municipio más afectado por este sismo que dejó 71 personas muertas en Oaxaca.
En la región del Istmo 41 municipios reportan daños y 800 mil personas resultaron afectadas por el movimiento telúrico más fuerte de los últimos cien años.