El PRI se impuso en la elección del domingo para gobernador del Estado de México, que ha controlado por casi nueve décadas, frente a una izquierda liderada por Andrés Manuel López Obrador, quien aspira a ganar los comicios presidenciales del 2018.
Con el 97.67 por ciento de las actas contabilizadas, el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alfredo Del Mazo obtenía el 33.72 por ciento de los votos frente al 30.82 por ciento de Delfina Gómez, del izquierdista Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA). Los resultados finales se conocerán el miércoles.
López Obrador, líder de MORENA rechazó los resultados preliminares y dijo que, según sus recuentos, Gómez ganó la elección y que están revisando todas las actas porque hay muchos votos nulos.
“Se va a pedir una revisión de todo el proceso, que se limpie la elección”, dijo en un mensaje difundido en redes.
Sin embargo, la candidata dijo que esperará a los resultados definitivos para impugnar la elección, y aclaró que no habrá protestas en las calles, como las que López Obrador convocó en 2006 cuando perdió las elecciones presidenciales frente a Felipe Calderón por un estrecho margen.
“Lo que vamos a determinar va a ser precisamente lo legal. No va a haber toma de calles, no va a haber acciones que afecten a la ciudadanía”, dijo Gómez a la cadena Televisa.
Pero López Obrador, un combativo líder que surgió de las filas del PRI y fue jefe de gobierno de la Ciudad de México entre 2000 y 2005, dijo la noche del domingo que “vamos a defender los votos de los ciudadanos del Estado de México acta por acta, casilla por casilla”, según un video transmitido por redes sociales.
El resultado es un respiro para el partido del presidente Enrique Peña Nieto, cuya popularidad está en mínimos históricos por escándalos de corrupción, un recrudecimiento de la violencia ligada al narcotráfico y la debilidad de la economía.
ACUSACIONES CONTRA EL PRI
El PRI también ganaba y retenía el estado de Coahuila, otro de sus bastiones. Su candidato Miguel Angel Riquelme obtenía un 38.3 por ciento de los votos en el conteo preliminar y Guillermo Anaya, del Partido Acción Nacional (PAN) cosechaba un 36.8 por ciento.
El PAN, aliado con el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), ganó claramente en el pequeño estado de Nayarit, donde su candidato Antonio Echeverría obtuvo un 38.7 por ciento de los sufragios mientras que su rival priista Manuel Cota consiguió casi un 27 por ciento. El PRI nunca estuvo tan cerca de perder el central Estado de México, su principal bastión. Sus críticos aseguran que desvía recursos públicos para enriquecerse y manipula al electorado con la compra de votos y entrega de dádivas, pese a que la mitad de la población vive en la pobreza.
“Qué horror, no lo puedo creer. Ya sabe que los del PRI siempre hacen sus transas, son unos corruptos”, acusó una desilusionada ama de casa de 47 años, Esperanza Martínez, quien esperaba que ganara Delfina Gómez.
El Estado de México, que rodea la capital, es el más poblado del país con 16 millones de habitantes y el que más aporta a la economía después de la Ciudad de México, pero también es la región con más homicidios y secuestros.
Tras la elección, otros partidos de oposición como el conservador Partido Acción Nacional (PAN) y el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) dijeron que el PRI echó mano de prácticas ilegales para ganar la votación. El partido gobernante ha negado las acusaciones.
“Juntos ya detuvimos el avance del populismo autoritario que representa MORENA y López Obrador en el Estado de México y juntos los detendremos de nuevo en 2018 en la elección presidencial que vamos a ganar”, dijo tras la difusión de los primeros resultados el presidente del PRI, Enrique Ochoa.