Una mujer adulta mayor confió en un par de supuestas “tarotistas”, quienes le aseguraron que había sido embrujada por uno de sus familiares para quedarse con su casa; sin embargo, al descubrir que había sido estafada enfermó y días después falleció.
A escondidas una mujer, que ignoran dónde la conoció, le sugirió a María visitar a dos tarotistas en Toluca y en compañía de ella fue a encontrarse con las falsas videntes que se identificaron únicamente como Fanny y Sendy, quienes le aseguraron tras “echarle las cartas” que tenía una enfermedad mortal ocasionada por sus hijos, quienes deseaban quedarse con su casa y terreno en el municipio de Tepeyahualco en el estado de Hidalgo, a cambio de “sanarla y revelarle” cuál de sus hijos le deseaba la muerte, le pidieron una fuerte suma de dinero.
Con el pretexto de recoger algunas cosas de su casa, al parecer María Guadalupe pidió a un prestamista una fuerte cantidad de dinero dejando en garantía las escrituras.
En una segunda visita, de nueva cuenta a escondidas de su sobrina y acompañada por la misteriosa mujer, María Guadalupe acudió ante las mujeres, a quienes les entregó el dinero solicitado, las “videntes” a cambio le entregaron un “elixir” de color rojo que la sanaría.
“Mi tía nunca fue afecta a beber refrescos, me di cuenta que en las mañanas tomaba un vasito con agua roja y lo escondía, sin que se diera cuenta probé de su botella y descubrí que era refresco y le comenté que si quería tomarlo no tenía por qué esconderse”.
Sorprendida, María Guadalupe le relató la visita a Toluca y el dinero que eran alrededor de 100 mil pesos que había entregado, furiosa Erika, acompañada por su esposo, su hijo y su tía, fueron en búsqueda de las mujeres, para exigirles regresaran el dinero, pero estas ya habían desaparecido.
“La única enfermedad de mi tía era la soledad, a la que la condenaron mis primos, era una mujer sana, fuerte pero ignorante de muchas cosas, al descubrir que había sido estafada, fue tanto su coraje, que realmente enfermó”, dijo Erika.
María Guadalupe fue llevada ante un médico, quien les informó que debido a la ira explosiva se incrementaron las hormonas del estrés y que su presión arterial y frecuencia cardíaca habían aumentado considerablemente, días después de un ataque al corazón la mujer murió.