El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio este lunes el visto bueno a la polémica “guerra contra las drogas” de su homólogo filipino, Rodrigo Duterte, según la Presidencia filipina, en la primera y esperada reunión entre dos de los líderes más polémicos del planeta.
El presidente estadunidense respondió a la exposición de Duterte”mostrando su aprobación” con “asentimientos y lenguaje corporal”, indicó el portavoz de Duterte, Harry Roque, tras la reunión a puerta cerrada entre ambos líderes.
La reunión bilateral tuvo lugar en el marco de las reuniones de la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), donde participan presidentes y primeros ministros de todo el mundo y que se clausura mañana.
La primera reunión entre Trump y Duterte, conocidos por su carácter explosivo e imprevisible, había generado una gran expectación, ya que varias organizaciones reclamaron al líder estadunidense que recriminara al filipino las violaciones de derechos humanos de la “guerra contra las drogas”.
El mandatario estadunidense, que ignoró una pregunta de los periodistas sobre la campaña antidroga, se limitó a declarar que mantiene con su colega filipino “una excelente relación”.
También intercambió bromas y risas con su homólogo filipino, reflejo de la buena sintonía entre ambos presidentes, que contrasta con el antagonismo entre Duterte y Barack Obama, el anterior inquilino de la Casa Blanca.
Los presidentes también señalaron la lucha contra el terrorismo del Estado Islámico (EI) como una prioridad y Duterte agradeció a Trump la asistencia de Estados Unidos en el conflicto contra los yihadistas en la ciudad sureña de Marawi, finalizado recientemente con un balance de más de mil 100 muertos.