Estados Unidos envió a finales de octubre a un nuevo encargado de negocios interino de su embajada en Cuba, Lawrence J. Gumbiner, en un momento de fuertes tensiones en la relación bilateral, confirmaron este miércoles fuentes del Departamento de Estado.
Gumbiner, un diplomático con experiencia en Perú, Colombia, Costa Rica y Nicaragua, llegó el pasado 22 de octubre a La Habana para tomar las riendas de la misión diplomática estadunidense, explicó una portavoz de la oficina para Latinoamérica del Departamento de Estado que pidió el anonimato.
El nuevo encargado de negocios reemplaza a Scott Hamilton, que había asumido el puesto apenas en julio pasado, pero que abandonó Cuba junto a su familia debido a las medidas adoptadas por Washington en respuesta a los misteriosos “ataques sónicos” que afectaron a 24 diplomáticos estadunidenses en la isla.
El pasado 29 de agosto, el Departamento de Estado ordenó la retirada de su personal no esencial de su embajada en Cuba y de todos los familiares de los diplomáticos estadounidenses en la isla por considerar que no podía garantizar su seguridad.
“Debido a consideraciones familiares privadas, Hamilton no pudo quedarse en La Habana tras la orden de salida (del personal no esencial), que requería que todos los familiares (de diplomáticos) abandonaran Cuba”, afirmó la portavoz.
Hamilton sigue siendo técnicamente el subjefe de misión de La Habana, pero “ha comenzado a trabajar en Washington junto al resto del personal” que salió de Cuba, agregó la fuente.
Gumbiner llegó a Cuba procedente de Perú, donde trabajó desde 2014 como jefe adjunto de misión en la embajada de Estados Unidos en Lima, de acuerdo con la biografía publicada en la página web de la legación estadunidense en La Habana.
Gambiner, que asume el cargo de forma interina, es un funcionario de carrera del Servicio Exterior estadunidense, y entre 2012 y 2014 fue representante permanente adjunto en la misión de Estados Unidos ante la Organización de Estados Americanos (OEA).
Entre 2006 y 2009, Gumbiner fue consejero para asuntos económicos en la embajada de Estados Unidos en Colombia y también tiene experiencia en las legaciones estadunidenses en Nicaragua y Costa Rica, donde fue director del centro medioambiental de Estados Unidos para Centroamérica y el Caribe.
Licenciado en Humanidades y doctor en Derecho, el diplomático tiene experiencia en la gestión de políticas científicas y medioambientales, una de las pocas áreas en las que previsiblemente podría avanzar la relación bilateral con Cuba a mediano plazo.