A poco más de veinte días de la tragedia en Iztapalapa que dejó 31 víctimas, Clara Brugada, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, presentó este martes una serie de medidas enfocadas en la seguridad de los traslados de materiales peligrosos. La intención es evitar que un accidente similar vuelva a poner en riesgo a la población.
Durante la conferencia de prensa, Brugada detalló que los cambios buscan establecer límites de velocidad específicos y horarios restringidos para la circulación de pipas de gas L.P. en distintas zonas de la capital. Las nuevas reglas responden a la necesidad de prevenir incidentes y minimizar los riesgos asociados al transporte de sustancias altamente inflamables.
Además, la mandataria adelantó que estas modificaciones formarán parte de una propuesta para actualizar el Reglamento de Tránsito de la Ciudad de México. Con esta reforma, se pretende crear un marco normativo más estricto para las empresas y operadores que trasladan gas, priorizando la seguridad de las calles y de quienes viven cerca de estas rutas.
Las nuevas reglas para pipas de gas en CDMX
Durante su conferencia, Clara Brugada explicó que el gobierno capitalino está trabajando en un paquete de medidas para reforzar la seguridad en el traslado de sustancias peligrosas. El objetivo es evitar tragedias como la de Iztapalapa y garantizar que las calles de la ciudad sean más seguras.
Límite de velocidad reducido
Las pipas y camiones que trasladen materiales peligrosos en la capital ya no podrán circular a alta velocidad. El nuevo tope será de 30 km/h, una medida pensada para disminuir los riesgos de accidentes graves y dar más margen de reacción en caso de percances. Con esto se busca que el tránsito de este tipo de vehículos sea mucho más controlado y seguro para quienes comparten las vialidades.
Restricción de carga máxima
Otra de las medidas anunciadas es la limitación en la cantidad de material que pueden transportar. Los vehículos que carguen más de 40 mil litros de sustancias tóxicas o inflamables no podrán circular por la Ciudad de México. Esta decisión pretende evitar catástrofes de gran magnitud en caso de fugas, choques o explosiones.
Prohibición en calles secundarias
El gobierno capitalino también restringirá la circulación de pipas con más de 10 mil litros de hidrocarburos en calles secundarias. Con esta acción se busca que estas unidades se concentren únicamente en rutas principales y más amplias, reduciendo el riesgo para colonias y zonas residenciales donde el tránsito suele ser más caótico y con menor infraestructura de seguridad.
Circulación nocturna obligatoria
Para los camiones que transporten más de 20 mil litros, el permiso de circulación quedará limitado a la madrugada. Solo podrán transitar entre las 10 de la noche y las 5 de la mañana, cuando la ciudad tiene menor afluencia de autos y personas. Esto permitirá que, en caso de un incidente, las posibilidades de afectar a grandes grupos de la población sean mucho menores.
Vías de acceso controlado
Los vehículos que transporten materiales de alto riesgo no podrán circular por vías de acceso controlado, como autopistas urbanas o grandes distribuidores viales. La idea es evitar que un accidente en este tipo de puntos, donde los autos circulan a mayor velocidad y la movilidad es complicada, tenga consecuencias mayores o incluso bloquee rutas estratégicas.
Multas más altas
El endurecimiento de sanciones será otra pieza clave en el plan. Las multas por incumplir alguna de estas nuevas disposiciones se duplicarán, con la intención de que las empresas y choferes tomen en serio las reglas. El objetivo no es únicamente castigar, sino generar una cultura de prevención que minimice riesgos en el transporte de sustancias peligrosas.
Radares móviles en entradas
Para reforzar la vigilancia, la Ciudad de México instalará radares móviles en las principales entradas carreteras: México-Pachuca, México-Querétaro, México-Toluca, México-Cuernavaca y México-Puebla. Estos dispositivos estarán enfocados en monitorear a los transportes de materiales peligrosos, sancionando de inmediato a quienes excedan los límites de velocidad.
Requisitos para licencias
A partir de ahora, quienes deseen obtener la licencia de conducir tipo E-12 deberán acreditar cursos especializados en el manejo de sustancias peligrosas. Además, tendrán que presentar constancias de capacitaciones avaladas por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Con esto se busca que solo conductores realmente capacitados estén al frente de estos vehículos.
Dictamen de seguridad federal
El gobierno capitalino propondrá que, antes de otorgar permisos para el traslado de sustancias peligrosas, se exija un dictamen elaborado por una unidad verificadora autorizada por la Secretaría de Energía. Este documento garantizará que las empresas cumplen con los estándares de seguridad nacionales, evitando que unidades en mal estado o mal acondicionadas operen dentro de la ciudad.
Verificación técnica de unidades
Además de los permisos, los camiones y pipas deberán contar con un dictamen expedido por la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA). Dicho informe certificará que los vehículos cumplen con los requerimientos técnicos necesarios para transportar sustancias tóxicas sin poner en riesgo a la población ni al medio ambiente.
Programas internos de protección civil
Las empresas dedicadas al transporte y distribución de gas, hidrocarburos y derivados estarán obligadas a elaborar programas internos de protección civil. Estos planes deberán incluir protocolos de prevención y reacción ante emergencias, con la finalidad de que exista una respuesta rápida y organizada en caso de cualquier incidente.
Revisiones aleatorias
Se implementarán puntos de revisión sorpresa en distintos sitios de la capital para inspeccionar que los vehículos cumplan con las normas vigentes. Estas inspecciones permitirán detectar irregularidades a tiempo y evitar que unidades en mal estado o fuera de reglamento continúen circulando sin control.
Finalmente, el gobierno de la CDMX firmará acuerdos de colaboración con dependencias federales como la Secretaría de Energía y la ASEA. Gracias a esto, se podrán realizar operativos conjuntos, intercambiar información y sancionar con mayor severidad a las empresas reincidentes, incluso revocando permisos en casos graves.
