Del 14 al 27 de mayo los pinchazos en el Sistema de Transporte Colectivo (Metro) aumentaron de 36 a 65 casos denunciados, por lo que las autoridades inmediatamente se pusieron a trabajar y finalmente descubrieron las sustancias con las que los delincuentes estarían drogando a sus víctimas en andenes y trenes para asaltarlos.
Bertha Alcalde Luján, titular de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX), reveló en conferencia de prensa junto a Clara Brugada, jefa de gobierno de la CDMX, que en algunos casos “se pudo confirmar que hubo una posible punción por pinchazos” en el Metro, dando a conocer las sustancias que los delincuentes inyectan a sus potenciales víctimas.
Pinchazos en el Metro, ¿sin grave riesgo a la salud?
Al dar a conocer las sustancias sicotrópicas que inyectan los delincuentes en los ya tan afamados pinchazos en el Metro, la fiscal dejó en claro que pueden tener distintas reacciones en el cuerpo humano, aunque las cantidades identificadas en los análisis no implican un riesgo grave para la salud.
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Como sea, afirmó que en un caso de pinchazo se mantiene activo un protocolo para brindar atención inmediata a los usuarios, el cual incluye pruebas toxicológicas y atención médica, entre otras medidas, aunque en ninguno de los casos identificaron la comisión de algún delito grave y solo en seis de estos hubo posibles robos: “Hasta ahora no se reportan casos asociados a estos pinchazos de delitos graves, como privación ilegal de la libertad, delitos sexuales u otros”.
Las sustancias que inyectan en los pinchazos en el Metro
Sin ofrecer una cifra exacta, las sustancias sicotrópicas que son inyectadas por los delincuentes en los pinchazos son THC, benzodiacepinas, fenciclidina o cocaína, que pueden tener distintas reacciones en el cuerpo humano, sobre todo en personas con alguna condición específica de salud o que consuman otros medicamentos.
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El THC es uno de los componentes sicoactivos del cannabis que produce efectos embriagadores que alteran la mente, mientras que las benzodiacepinas (BZD) son medicamentos de venta controlada que se usan para tratar trastornos del sueño, ansiedad, convulsiones y como relajantes musculares y que tienen un alto componente adictivo. Las benzodiacepinas pueden provocar mareo, sedación con somnolencia y vértigo, así como pérdida temporal de la conciencia, confusión y hasta desmayos, mientras que la fenciclidina genera alucinaciones, pérdida de coordinación y adormecimiento en todo el cuerpo. La cocaína puede hacer sentir a las personas más enérgicas y alertas, pero también puede generar inquietud, irritabilidad, ansiedad y paranoia.