Mauricio Tabe relató que fue citado a comparecer en un salón donde habitualmente se recibe a todos los alcaldes. Sin embargo, de "última hora", el lugar fue cambiado a un "salón chiquitito" con la intención de impedir que ingresara con su equipo y los concejales.
"No me voy a prestar a entrar a una ratonera para que me pongan una trampa y no pueda yo estar con mi equipo de trabajo como todos. Yo pedí el trato digno", afirmó Tabe.
La presidenta de la comisión, Valentina Batres, fue señalada por el alcalde como la responsable de este cambio, a pesar de que la cita formal no podía ser modificada por ella. Tabe insistió en que la sesión debía realizarse en el salón habitual, incluso ofreciendo controlar el ruido de la gente que lo acompañaba.
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Tras una hora de espera, la sesión fue declarada cerrada, lo que Tabe interpretó como una confirmación de que el cambio de sala era un "pretexto" para su "trampa".
¿Qué buscaba decir Tabe en su comparecencia?
A pesar de la controversia, Tabe tenía claros los objetivos de su comparecencia. Aunque calificó las reuniones del Congreso como "pura simulación" y un "teatro" donde "nunca le he movido ni una coma" al presupuesto, su intención era "levantar la voz por mis vecinos".
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El alcalde planeaba presentar solicitudes de presupuesto para obras y programas sociales en Miguel Hidalgo. Específicamente, buscaba "doble de recursos para repavimentar", "doble de recursos para reiniciar las [obras] en Miguel Hidalgo", "doble de recursos para arreglar nuestros parques" y para los "programas sociales de apoyo a las jefas de familia".
Además, quería informar sobre los "avances que ha habido en la alcaldía Miguel Hidalgo". Tabe lamentó que los diputados de Morena estén "perdiendo el tiempo" en lugar de atender las necesidades de la gente.
Tabe vincula este incidente a una campaña más amplia de "persecución" contra los alcaldes de oposición. Mencionó acusaciones en su contra y contra la alcaldesa de Cuauhtémoc, Alejandra Rojo de la Vega, de estar detrás de protestas y de financiar grupos. Además citó al senador Adán Augusto, a quien llamó "el líder del cártel de la Barredora", como uno de sus acusadores, interpretando esto como una "estrategia de comunicación para desviar la atención" de la "indignación que existe por la inseguridad, la injusticia y la corrupción".