Como marca la tradición, miles de personas acudieron a presenciar el desfile cívico militar con motivo del aniversario de la independencia de México.
A diferencia del año anterior, Paseo de la Reforma lució abarrotado. La mayoría de los asistentes se colocaron en los puntos más importantes para no perderse detalles del recorrido.
La Guardia Nacional tuvo un papel protagónico y se notó. En años anteriores, iba en la retaguardia, hoy encabezó la columna del desfile.
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La tradición manda, pero también la admiración por las fuerzas armadas. La presencia de niños vestidos con uniformes militares ha sido una constante .
Tal es el caso de Antonio de 10 años, quien gastó durante unos año sus ahorros para comprar su uniforme, casco, chaleco y lentes.
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“Yo quise venir a este desfile porque yo, desde una edad muy pequeña, yo quise ser un militar para estar en el ejercito con las fuerzas armadas y proteger a mi país de cualquier amenaza”, señaló.
Lo mismo sucedió con Sebastián de 11 años, quien portado el uniforme verde olivo con gorra y nombre grabado, se tomaba fotografías con los militares que fueron colocados a lo largo de Reforma.
Su madre, orgullosa elogió la organización del evento cívico militar.
La fiesta por la ceremonia del grito se prolongó en muchos hogares, pero no fue impedimento para acudir al desfile, como fue el caso de Eduardo Velasco de la colonia Centro de la Ciudad de México.
“Es como una tradición para nosotros levantarnos después de la fiesta, de los tragos coquetos y venimos aquí a disfrutar”, afirmó.
Los agrupamientos más populares fueron los jóvenes del Colegio Militar que se llevaron los piropos y gritos de apoyo de las asistentes.
Al final, entró el personal de limpia que también se llevó los aplausos por su labor para dejar Paseo de la Reforma en condiciones optimas después del paso del personal a caballo.