En la Cámara de Diputados, la fracción parlamentaria del Partido de la Revolución Democrática (PRD) reconoció la decisión del gobierno de la Ciudad de México, de dar marcha atrás a la sustitución de la estatua de Cristóbal Colón, por una escultura estilizada de la cabeza de una mujer con rasgos indígenas.
La diputada Gabriela Sodi destacó que se haya recapitulado en el tema, al poner en manos del Comité de Monumentos y Obras Artísticas de la Ciudad, la determinación sobre la efigie que finalmente se instalará en la histórica Glorieta de Colón.
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Sin embargo, ese hecho no exime a la autoridad local de aclarar bajo qué criterios decidió remover de su sitio a la efigie de Colón y en caso de que ésta cambie de lugar, dónde se ubicará y por qué razones.
"Yo creo que hay una recapitulación, yo creo que hay un retomar este camino, consultar un poco, toda la ciudadanía sabemos muy bien que Paseo de la Reforma es un paseo con una narrativa específica, entonces yo creo que es a consultar una vez más, cuáles van a ser las decisiones que se toman de manera urbana. Y antes de ser destruido este monumento o este grupo escultórico, debiera contarse ya con un hospedaje especializado para este tipo de obras", dijo.
Señaló que la comunidad cultural, de historiadores, cronistas, creadores y artistas ejercieron una presión relevante, que en parte dio paso a la determinación anunciada por la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.
Quienes vieron que en primera instancia que el conjunto escultórico fue modificado, con el fin de aplicar limpieza y restauración a su pieza principal, la efigie de Cristóbal Colón, no sabían que no volvería a su sitio original, y cuando la administración capitalina tomó la determinación, sumaron sus voces contra una decisión que fue cuestionada.
Enfatizó que los ciudadanos tienen pleno derecho de conocer las razones que llevaron a la administración local a retirar la escultura, de manera unilateral y sin hacer una consulta con especialistas, técnicos y expertos.
Por ello, apuntó la diputada Sodi Miranda, su bancada presentó un punto de acuerdo para solicitar información al gobierno de la Ciudad de México, para saber el origen de la determinación, si se consultó con pueblos indígenas respecto a la escultura con la que se pensaba sustituir a Colón y por qué se asignó el diseño del rostro de la mujer en cuestión, a un escultor "del proceso occidental".
"Una vez más que lo masculino venga a explicarnos el mundo", a través de una narrativa visual que no fue consultada, aunado a que no se tiene conocimiento respecto a si la autoridad local estudió los impactos económicos y culturales del hecho.
Subrayó que la estatua de Colón, si bien representa un momento histórico relevante para México y otros países del mundo, su narrativa actual, su valor histórico y artístico en el país es fundamental, como parte del patrimonio cultural, que no se puede ni se debe minar, sino preservar.