Cómo cada año, desde hace diez, las madres de desaparecidos en México marcharon por las calles de la capital del país para exigir que si vivos se los llevaron, vivos los devuelvan.
Un contingente partió desde el Monumento a la Madre para reunirse con colectivos de todo el país y del extranjero en el Ángel de la Independencia, ahí, caminaron hacia el Monumento a la Revolución en la X Marcha de la Dignidad Nacional "Madres buscando a sus hijos e hijas, Verdad y Justicia".
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Las madres exigieron a las autoridades implementar acciones urgentes e inmediatas de búsqueda, atracción de los casos, creación de una su procuraduría federal para la atención de los casos, protocolo de atención homologado de búsqueda para todo el país y aceptar todas las recomendaciones del grupo de trabajo de la ONU para desaparición forzada.
Martha Arana, integrante del Movimiento Nacional por Nuestros Desaparecidos en México, dijo que del 2012 a la fecha el número de casos de personas desaparecidas se ha multiplicado por siete, hasta sumar al día de hoy más de 87 mil víctimas entre mexicanos y extranjeros, quienes no son buscados por las autoridades, por lo que acusaron al gobierno de indolente y de mantener una deuda pendiente con las familias.
Por ello en el posicionamiento de las organizaciones, le recordaron al presidente, Andrés Manuel López Obrador, que a su llegada al gobierno aseguró que los desaparecidos serían prioridad en su administración y a pesar de los nulos avances, le dijeron que todavía puede ser el presidente que haya traído a los desaparecidos de regreso a casa.
Las madres, hermanos y padres que marcharon hoy como cada diez de mayo desde hace una década, llevaban pancartas con los rostros de quienes buscan, algunos alas de mariposas, otros cubrebocas con la imagen de sus hijos y gritaban fuerte pero en orden y quiz por ello es que no permitieron bajo ninguna circunstancia la presencia de grupos feministas, sacaron a una mujer que intentó integrarse con una antorcha encendida y respetaron las indicaciones de las autoridades en espera de que así, solo gritando fuerte, el presidente les dé una audiencia para hablar de sus desaparecidos.