México conmemora este lunes el Día Mundial del Agua con cerca de 12 millones de habitantes que carecen de acceso a este recurso esencial que pudiera paliarse con equipos de captación de lluvia.
“Va a ayudar mucho. Porque ya nos vamos a poder bañar bien, lavar la ropa más seguido y cosas así. Hay cosas que dejas de hacer todo el tiempo por la cuestión del agua”, explica Liliana Jiménez mientras instalan un captador de agua pluvial en su techo.
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Esta ama de casa vive con su familia en el sur de Ciudad de México, al pie de las montañas que cercan la capital mexicana, en una comunidad donde las casas, según relata, no tienen tuberías por donde fluya el agua corriente “ni una bomba cerca donde ir a traer agua”.
El abastecimiento de agua llega a esta zona de caminos dificultosos únicamente mediante camiones cisterna, conocidos como pipas.
El caso de Liliana no es una excepción: según la asociación Agua Capital, el 26 por ciento de habitantes capitalinos no recibe la cantidad de agua suficiente en sus hogares, el 15 por ciento no cuenta con servicio diario y casi 1.8 millones de habitantes se abastece a través de camiones cisterna.
El captador de agua pluvial es, de esta forma, una opción “de mucha ayuda” para paliar las carencias en el abastecimiento de agua, aunque no sea para beber, sino para “bañarse, lavar los trastes, para el patio y cosas así”.
“Esta familia va a poder captar 1.500 litros cada vez que llueva. Nosotros calculamos que con una buena lluvia este sistema se llena completamente y les dura tanto como la empleen, pero en temporada de lluvias pueden subsistir de agua de lluvia sin necesidad de pedir pipas”, explica Carlos Ignacio Reyes, el coordinador de comunicación de Isla Urbana, organización que está al frente del proyecto junto a Agua Capital.
El proyecto contempla 100 instalaciones en zonas marginadas de la CDMX, y la ayuda llega a estas familias de manera gratuita, pese a que en condiciones normales cada equipamiento cuesta unos 20 mil pesos.
La clave para el funcionamiento del captador, precisa Reyes, es el techo, que se usa como recipiente de la lluvia y desde el que desciende el agua por canaletas y bajantes hasta un primer filtro que elimina el 75 por ciento de lo recogido porque “se encarga de separar la primer aparte de la lluvia, que es la más contaminada”.
Si el año de precipitaciones es favorable, dice el experto de Isla Urbana, “fácilmente una familia puede vivir al menos cinco meses con solo captación de agua de lluvia”.