Los próximos tres años requerirán de mucha política, más que administración en la Ciudad de México, considera Marco Rascón, candidato del Partido Humanista a la Jefatura de Gobierno.
En entrevista, el candidato dijo que debe reconstruirse la lógica de los barrios, comunidades y colonias en la ciudad, para que el sentido del voto de cada ciudadano, no rompa los acuerdos fundamentales en los que se basa la convivencia en las calles del día a día.
Si bien reconoce que algunos de estos aspectos ya están contemplados en la nueva Constitución de la Ciudad de México, se requiere el trabajo de día a día para reconstruir el tejido social y que sean las reglas de convivencia de lo local a lo que prevalezca.
En ese sentido, informó que cinco de sus seis adversarios con los que compite para la Jefatura de Gobierno, ya confirmaron su participación en una comida a la que los convocó en el Salón los Ángeles, de la Colonia Guerrero, el próximo viernes 1 de junio.
Los ciudadanos, dijo Marco Rascón, quieren saber a dónde vamos como ciudad, más que conocer las trayectorias personales de los aspirantes e incluso por encima de los grandes mítines con los núcleos duros de los partidos, práctica que cada vez más está en desuso.
Este encuentro entre candidatos, busca enviar hacia los ciudadanos un mensaje de civilidad y de entendimiento entre los aspirantes políticos, en el sentido de que lo más importante es restablecer el tejido social, independientemente del voto de los ciudadanos.
Reiteró su propuesta de apoyar a los jóvenes con vivienda tipo “loft” en renta mientras estudian, que pudiera incluir descuentos a cambio de promedios de calificaciones.
Explicó que todos los apoyos a grupos como jóvenes, madres solteras, discapacitados y adultos mayores, tienen que llevar en su propio diseño contraprestaciones adecuadas a cada caso, porque es el clientelismo el que ha dado al traste a todos los programas sociales en la ciudad.
Insistió en la necesidad de fortalecer la vida comunitaria, pues problemas como el agua, el transporte público y la inseguridad, sí democratizan a los ciudadanos, pero los partidos dividen a las comunidades con su actuación.
Por ejemplo, una de sus propuestas, dijo, es elegir a los jueces para que tengan un compromiso directo con la comunidad, porque hoy lo que hemos visto, es que las competencias se disuelven entre el gobierno central y las delegaciones y al final nadie es responsable.
Ejemplo de ello es lo que pasó con el Colegio Rébsamen, donde ahora resulta que nadie es responsable “y si nadie es responsable, entonces todos somos responsables” y por eso, hay que determinar bien quién debe atender cada asunto.