El candidato del Partido Humanista a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, Marco Rascón, sostuvo que de llegar al cargo terminaría con la Ley de Participación Ciudadana ya que, a su juicio, es una vía utilizada por los institutos políticos para dividir a la comunidad.
“El asunto de dividir la fuerza comunitaria impide luchar juntos, independientemente de la filiación o empatía política, por lo que urge una gestión urbana plural y democrática que debe mantener su cohesión para reivindicar temas como abasto de agua, movilidad y seguridad”, expuso.
Al fungir como comentarista en la conferencia magistral del René Coulomb con el tema “Autogestión, democracia y territorio: Ciudad de México, 1968-2018. Una retrospectiva”, en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Unidad Azcapotzalco, expuso que hablar de la pobreza de la ciudadanía en el pasado era casi un pecado, pero hoy se tiene que asumir el compromiso de abatirla.
Explicó que varias generaciones de mexicanos y citadinos crecieron bajo la sombra de la “crisis económica, crónica y permanente”.
Lamentó que en la actualidad haya surgido un “neto clientelismo cobijado y donde todas las fuerzas políticas lo practican”, nacido incluso del propio gobierno y de las células de transformación con el pretexto de la autogestión.
Por eso, Rascón Córdova consideró que en el tema de autogestión urbana subsiste el problema de la individualización de los problemas, que derivan en soluciones diversas y equívocas.
Tal es el caso, agregó, del crecimiento urbano desorganizado que hoy enfrenta el “choque” con el medio ambiente y que tiene a la ciudad en una crisis ecológica y medioambiental.