En el inicio de su campaña como candidato del Partido Humanista a la Jefatura del Gobierno de la Ciudad de México, Marco Rascón dio a conocer 32 propuestas, entre las que destacan la revisión del proyecto del nuevo aeropuerto ubicado en Texcoco, reducir la jornada laboral de ocho a seis horas y despenalizar el uso de la marihuana y otras drogas.
En lo que se refiere a la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, aseguró que el proyecto también debe asegurar sustentabilidad en el largo plazo y llevar a cabo la reconstrucción hidrológica de la Cuenca del Valle de México, “porque ahí también está nuestro futuro. Yo creo que pueden ser compatibles”.
De hecho, dijo, reconstruir la Cuenca del Valle de México e iniciar la obra monumental para restablecer la relación de la ciudadanía con el agua pluvial, “la que desechamos y la que nos da la vida”.
Por lo que toca a la reducción de la jornada laboral, Rascón Córdova expuso la necesidad de establecer la rectoría del valor del trabajo social, como principal generador de riqueza, a fin de producir mayor eficiencia y número de empleos, además de pago doble para quienes trabajen por las noches.
La reducción de salarios también deberá aplicarse al servicio público, porque es una práctica internacional ante la innovación tecnológica que cada vez desplaza a más personas, las cuales deberán ser compensadas de alguna manera, subrayó.
Sobre la despenalización del uso de la marihuana y otras drogas, destacó que se ha comprobado científicamente que brinda muchos beneficios para la salud.
Al aclarar que “me sumo, pero no consumo”, dijo que la despenalización no está relacionada, necesariamente, con el fomento al consumo; sino con el desarrollo económico de la Ciudad de México, “se tiene que legalizar de manera inmediata”.
Asimismo, planteó que ante la falta de especialización policial, es necesario un trato preciso a los delitos de alto impacto que lastiman a las familias y su patrimonio y propuso la elección por colonia de un “Juez Cívico y de Gestión Comunitaria”.
Se pronunció por derogar la Ley de Participación Ciudadana, ante los instrumentos de manipulación partidaria y de gobierno para dividir a los vecinos y asumió el compromiso de trabajar por una cultura política que reivindique una ciudad de iguales y promueva la cultura y la educación, un salario justo, la defensa del valor del trabajo y las libertades y derechos de todos.