Tratar de conseguir un lugar de estacionamiento en la Ciudad de México es una tarea difícil y más cuando los automovilistas tienen que enfrentar a vecinos, locatarios y franeleros quienes reservan lugares con botes, cascajo, llantas, tubos y letreros.
De acuerdo con la Ley de Cultura Cívica capitalina, es una infracción contra la seguridad ciudadana impedir o estorbar de cualquier forma el uso de la vía pública y puede hacer acreedor al responsable a una multa de 830 a mil 509 pesos o un arresto de 13 a 24 horas.
Sin embargo, dicha disposición es desdeñada por los ciudadanos y por los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) capitalina quienes pese a observar la desobediencia no realizan ninguna acción.
Tras 15 minutos de recorrer diversas calles y avenidas de la colonia Obrera en la delegación Cuauhtémoc el señor Ernesto Rodríguez, afirma que estacionarse es muy difícil en la zona porque los vecinos han instalado tubos, algunos de manera permanente, para que nadie se estacione.
“Me parece muy injusto tener que dar tantas vueltas y ocasionar transito porque los vecinos, que además no ocupan los lugares en todo el día, dejen los botes y los tubos incluso en bardas que no interfieren con su entrada”, explica mientras observa la calle Rafael Ángel de la Peña que entronca con la calzada de Tlalpan.
Por otro lado, en la calzada de La Viga los franeleros rentan el lugar para el estacionamiento hasta en 30 pesos “por tiempo libre”, aunque afirman que en temporada alta como Navidad o Semana Santa, cuando muchas personas acuden al mercado el estacionamiento puede costar hasta 100 pesos.
Los automovilistas que no quieren pagar se suben a su auto y huyen con rapidez no sin antes recibir una palmada en el cristal por parte de los franeleros o incluso una pedrada en el parabrisas o medallón.
Lo mismo ocurre en delegaciones céntricas como Xochimilco, en donde los franeleros se han apropiado del espacio público incluso con conos y “trafitambos” para aparentar que la obstrucción la realizan elementos de la SSP, tal como en la avenida México en el centro de la demarcación.
De igual manera, en la delegación Cuajimalpa los locatarios de la avenida Veracruz invaden con letreros, botes de basura y cajas los lugares para después ocuparlos con sus camionetas o bien los dejan para evitar que los automóviles obstruyan la vista de los comercios.
En la calle Tamaulipas de la misma delegación el señor Raúl Granados encontró un letrero en una hoja amarilla amenazando con ponchar las llantas de su vehículo en caso de volver a quitar los botes con cemento colocados para “apartar el lugar”.
“Sólo vengo unos minutos a hacer compras al mercado con mi esposa, quité los botes, pensé que no eran más que basura y lo que recibo es una amenaza, la calle es un espacio púbico pero hay personas que se adueñan de él”, explica.
En la calle Castorena, casi esquina con Ocampo una señora coloca todo el día un bote, explica que no tiene auto pero los vehículos obstruyen el paso del sol a su ventana por eso prefiere que no se estacionen, ella, considera que los dueños de cada casa tienen derecho a tener un lugar de estacionamiento al frente de sus domicilios o bien a lo largo de sus bardas.
Al respecto, la coordinación de entrevistas del Gobierno de la Ciudad de México, argumentó que no recibió respuesta al intentar coordinar una entrevista con los responsables del tema.