La participación de Mina, Gala, Baco y Gery, perros pertenecientes al Programa de Búsqueda y Rescate Canino de la UNAM, ha sido crucial para rescatar sobrevivientes entre los escombros de inmuebles derruidos en la Ciudad de México.
Al terminar el simulacro de las 11:00 horas las perritas regresarían a Ciudad Universitaria, pero sus guías hicieron una parada cerca de Viaducto para alimentar a los perros, relata Julio Velázquez, jefe del Departamento de Atención de Emergencias de la UNAM y responsable de la Unidad Canina de Rescate.
Allí vivieron el sismo guías y elementos de la unidad canina Mina, Gala, Baco y Gery: “Estábamos equipados y con los perros listos”, dijo Velázquez.
Los dos últimos, irían justo a la calle de Torreón y Viaducto, donde había un edificio colapsado. Las hembras irían más al sur, a la zona de Coapa, donde se derrumbó el Colegio Enrique Rébsamen. “Mina y Gala hicieron seis marcajes y se hizo el mismo rescate de personas”. Su primera gran misión había sido cumplida: salvar vidas en una catástrofe.
Fueron de los primeros rescatistas en llegar, y aunque es toda una célula de trabajadores los que realizan un rescate, estos canes se convirtieron en los primeros héroes de la larga jornada que comenzó por la tarde de ese martes 19 de septiembre, fecha funesta, y que aún continúa.
La población es la que hace la mayoría de hallazgos y rescates en siniestros como los terremotos, pero el binomio de búsqueda y rescate canino, por medio de su nariz, realiza una tarea fundamental.
La Unidad de Rescate Canino de la UNAM, dependencia de la Dirección General de Protección y Prevención Civil (DGPPC), pertenece a la Organización Internacional de Perros de Búsqueda y Rescate (IRO, por sus siglas en inglés). Es el único equipo preparado y autorizado por el organismo para hacer pruebas en México de certificación de perros en la materia.
Su tarea ahora la realizarán en otro punto de la ciudad, en un edificio ubicado en las calles de Chimalpopoca y Bolívar, donde seguro serán, junto con el resto de la comunidad universitaria y voluntarios de la sociedad civil, los héroes del sismo.
Allende el trabajo de la unidad canina, se conformaron cerca de 120 brigadas con 20 personas cada una para prestar sus servicios en las zonas más afectadas.
Es el caso de Carlos Cornelio Magallanes, estudiante del noveno semestre de Ingeniería Industrial de la UNAM, quien ante la falta de información de internet y falsos rumores decidió crear junto con otros compañeros la página de Facebook “Voluntarios UNAM 2017”.
“Nuestro gran logro de este grupo en Facebook fue convocar en muy poco tiempo a mil 200 personas, y actualmente somos más de mil 500 miembros.
“Para distinguirnos, pedimos que fueran de playera roja, y apoyamos en diferentes actividades, donde lo primero fue descargar víveres. Yo formé parte de la 16va brigada y justamente quedó de reserva para el cambio de turno o si la situación lo requería antes”.
También se formaron brigadas de arquitectos e ingenieros civiles, que se fueron directamente al Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), para capacitarlos esa misma tarde-noche para evaluar los daños de las estructuras, qué tan afectadas se encuentran y si son permisibles.
Por su parte, Alejandro Crespo, estudiante de Ingeniería en Electrónica, también acudió a las brigadas, participó en las acciones de rescate en Gabriel Mancera (colonia Del Valle), y luego a la Industria Textil (colonia Obrera).
En ambos sitios levantó escombros, pero en el segundo hizo de todo, como manejar herramientas pesadas para ayudar a romper y levantar todo. Fue algo exhaustivo, concluyó.