Las autoridades de las delegaciones Álvaro Obregón y Cuajimalpa se han negado rotundamente a firmar los convenios que les propone el Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México para combatir la corrupción en el sector de la construcción.
Así lo denunció el Félix Villaseñor Jiménez, presidente del Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México, quien al presentar la campaña Construcción sin Corrupción expuso que esa práctica ilegal llega a significar hasta el cuatro por ciento del precio de venta de cada vivienda nueva.
Explicó que autoridades de Venustiano Carranza, Magdalena Contreras, Miguel Hidalgo, Azcapotzalco y Tlalpan ya han firmado los convenios para tratar de terminar con esa práctica nociva.
Inclusive sostuvo que, en Benito Juárez, donde hay un enorme número de obras, ya hay pláticas muy avanzadas en la materia, pero en Álvaro Obregón y Cuajimalpa no hay avance, quizá por el alto nivel de rendimiento económico que significa la corrupción para algunos funcionarios.
El presidente del Colegio de Arquitectos señaló que uno de los problemas es el exceso de regulación, pues el reglamento ha pasado de tener 100 artículos hace 20 años a 300 en la actualidad, lo cual ofrece más oportunidades para la corrupción.
En ese sentido, indicó que es necesaria una regulación más sencilla, además de que los arquitectos, responsables de obra, urbanistas y todos quienes participan en el sector de la construcción se capaciten para que sepan con claridad los trámites exigibles.
Además, insistió en que son demasiadas reglas aplicables. El conjunto de éstas, dijo, ocuparía alrededor de cuatro metros cúbicos de papeles, lo que da idea de cuán sobrerregulado está el tema y, por lo mismo, cuántas oportunidades ofrece a la corrupción.
Entre otras cosas, el esquema de manifestación de obras –que antes funcionaba bien- hoy está “secuestrado” por funcionarios que exigen “arreglos” que consisten en cobrar hasta 100 mil pesos por cada departamento nuevo que se construya.
Al respecto Oscar Sangines, vicepresidente del Colegio, advirtió que hay dos tipos de componendas: la corrupción en donde participan voluntariamente constructores y autoridades, y la extorsión donde los funcionarios obligan a las empresas a dar dinero a cambio de no clausurar o de permitir cosas.
Ambas prácticas han hecho mucho daño, pero también aquella de dar dinero de entrada, inclusive cuando se tiene voluntad de cumplir todas las normas sólo con el objeto de contar con un trato ágil de parte de la delegación.
De ahí la necesidad de poner en marcha la plataforma Construcción sin Corrupción, donde se espera que se sume la ciudadanía para denunciar casos concretos y así tener “miles de ojos” por toda la ciudad y presionar colectivamente a las autoridades competentes para que hagan su trabajo.
La plataforma fue desarrollada en conjunto entre Demo.Lab (Laboratorio Democrático), la organización “Nosotrxs” y el Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México.