El Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) expresa su consternación por la muerte de tres niños y dos adultos, entre ellos Mireya Agraz Cortés, a consecuencia de un suicido colectivo en su hogar en San Jerónimo, Ciudad de México, tras perder la custodia de sus hijos en los tribunales.
Los hechos ponen en evidencia, “las enormes dificultades que enfrentan las mujeres cotidianamente en las instancias de procuración e impartición de justicia, y las desigualdades de género que aún prevalecen”, detalla el organismo.
Un conjunto de omisiones, sesgos, prejuicios, injusticias, discrecionalidad y discriminación costó la vida a cinco integrantes de una familia, entre ellos, tres menores de edad; hechos como éstos, jamás se deben repetir en una sociedad que aspira a ser respetuosa, civilizada y garante de los derechos humanos de todas y todos, incluyendo los derechos de las niñas y niños.
Esta tragedia expone la “urgente necesidad de analizar el funcionamiento de nuestras instituciones de procuración e impartición de justicia ante los complejos casos de violencia contra las mujeres”, señala el Inmujeres.
“Cuando las mujeres acuden ante la justicia en divorcios o custodias, enfrentan una cadena de obstáculos que van desde leyes que las discriminan, hasta enraizados patrones misóginos, prejuicios y sesgos de género presentes en quienes tienen la tarea de decidir un asunto tan delicado como la custodia de las hijas o hijos, los cuales con frecuencia son utilizados como instrumentos de control, dominación y perpetuación de la violencia machista” repudia el Conapred.
“Las leyes y las instituciones deben garantizar la solución a estos asuntos sin que nadie vea conculcados sus derechos, mucho menos aun que las mujeres que atraviesan por estos procesos, encuentren en la muerte la única salida ante las resoluciones del sistema de justicia”, finaliza el Inmujeres.