Iglesia católica contra iniciativa para ampliar el plazo de aborto legal en CDMX

En este tema debe prevalecer el debate científico y no ideológico, ya que la persona merece respeto y dignidad desde el momento de su concepción.

Escrito en NACIONAL el

Al cumplirse 10 años de la entrada en vigor de la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) en la Ciudad de México, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) externó su rechazo a la iniciativa que se podría discutir en la Asamblea Legislativa para ampliar el plazo de 12 a 24 semanas para que las mujeres puedan abortar de forma legal.

Al respecto, el obispo auxiliar de Monterrey y secretario general de la CEM, Alfonso Miranda, reiteró que la postura de la Iglesia es que la vida se debe defender desde el momento de la concepción hasta la muerte natural.

“La Iglesia tiene evidentemente una posición clara del respeto y defensa de la vida desde la concepción, durante todas las etapas del desarrollo de la persona hasta la muerte natural, nuestra defensa, nuestra lucha siempre será por ello y desde aquí felicitamos y alentamos a todos los organismos ciudadanos que luchan por defender la vida en estas expresiones. Estamos en desacuerdo con todas las iniciativas legislativas que quieran aprobar el aborto”.

Por su parte, el obispo de Cuautitlán, Guillermo Ortiz Mondragón, aseveró que en este tema debe prevalecer el debate científico y no ideológico, ya que la persona merece respeto y dignidad desde el momento de su concepción.

“Estando en proceso de vida ya es persona en proceso y científicamente se tiene que valorar la existencia de esta persona como sujeto de derechos, entonces en el dialogo interdisciplinar viene la cuestión legal, bioética, etcétera, que no solamente por ideología se resuelvan situaciones que tienen fundamento contrario en la ciencia y la verdad”.

Según cifras oficiales, hasta el 20 de abril se habían realizado 176 mil 355 abortos en la Ciudad de México; el 40 por ciento fueron practicados a mujeres con estudios de nivel medio superior, mientras que 33 por ciento fueron estudiantes de secundaria.

Para la Arquidiócesis Primada de México esta cifra resulta escalofriante de una práctica que permite “la intervención violenta, cruel y directa contra la vida de los no nacidos en el vientre de su propia madre”.