Famoso por hablar sin tapujos de sus vínculos con el narcotráfico, Camilo Ochoa fue violentamente asesinado por su faceta como influencer llamado El Alucín, lo que destapa nuevamente la corta distancia que existe entre la vida pública y el crimen organizado y que hace eco brutal eco a las historias que él mismo narraba con estas últimas declaraciones.
Asesinado a balazos en el fraccionamiento Lomas de Cuernavaca luego de hacer estas últimas declaraciones, la muerte de Camilo Ochoa ha puesto en marcha una investigación exhaustiva por parte de las autoridades. Su cuerpo fue halado por sus propios familiares alrededor de las 17:00 horas en el baño de una vivienda en la calle Laureles, donde paramédicos confirmaron que ya no tenía signos vitales y presentaba “múltiples impactos de arma de fuego en el cuerpo”.
El Alucín fue víctima de un ataque directo
El ataque fue un acto directo, según las primeras declaraciones, pues un hombre encapuchado, vestido con pantalón de mezclilla y una sudadera gris habría irrumpido en su residencia después de que Camilo Ochoa hiciera sus últimas declaraciones, disparó y después huyó en un vehículo Chevrolet blanco. Hasta el momento, no hay detenidos.
Te podría interesar
La Fiscalía General del Estado (FGE) de Morelos ya había boletinado a Camilo Ochoa como presunto miembro de una célula criminal, por lo que tras su muerte se coordinó con autoridades federales para asegurar la zona y recabar las primeras pruebas. En su último reel mostró parte de su closet, el cual lucía todo tipo de tenis, camisas, pantalones y gorras amontonadas, mientras mencionaba lo poco que le gustaban los nuevos diseños de pantalones que siempre terminaban entubados.
Las últimas palabras de El Alucín
“Una ching…. No sé qué gorra ponerme: Esta de Hat Club son las que más me han gustado. No sé qué gorras ponerme, tengo un cagader… No sé qué calzado ponerme, ching… madre; o sea, ahorita me quería poner este pantalón, me iba a poner este pantalón que está nuevecito y pinches diseñadores cada vez hacen los pantalones, de cualquier marca, bien de aquí, bien de acá y de acá empieza a entubarse y parecía torero. No mam… No me gusta esa madre. Chavo ruco, pues no”.
Te podría interesar
Cuando se decidió por un par de botas, una gorra de la marca Hat Club, la cual dijo era su favorita, indicó que “me voy a poner las botas tácticas. Estas a la verg… y chingu… su madre, me voy a poner ésta gorra. Ahí en el estudio tengo más. Ese pinch… pantalón que chingu… su madre. Si de por sí ya está muy pegadito, a la verg… Ahorita voy a ir a comer”.