Al remarcar que en México, 7 de cada 10 personas LGBT+ han sido discriminadas en su empleo y el 40% de las personas de la diversidad “ha ocultado su identidad por temor a despidos, acoso o estancamiento profesional”, Gerardo Sánchez Guadarrama, experto en Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) reclama que “marcas, políticos y figuras públicas se sumen a la causa solo en junio, en el contexto del Día Internacional del Orgullo que se conmemora cada 28 de julio, mientras guardan silencio o son cómplices de violencias el resto del año”.
Sánchez Guadarrama exhortó a las empresas, instituciones y liderazgos corporativos “a pasar del marketing del Orgullo a la inclusión real con políticas de inclusión en los espacios laborales los 365 días del año: ¡No más #PinkWashing!”, enfatiza al recordar que bajo el “pinkwashing”, gobiernos, empresas o instituciones, “promueven su aparente apoyo a los derechos de las personas LGBT+ para mejorar su imagen pública, desviar la atención de prácticas cuestionables o encubrir políticas discriminatorias y abusivas”, convirtiendo las exigencias de la población LGBT+ “como un elemento decorativo o de conveniencia, sin un compromiso real o sostenido con la igualdad, la inclusión o los derechos humanos de esta comunidad”.
“Colocar una bandera no basta si dentro de la empresa persisten los chistes LGBTfóbicos, o la exclusión para personas trans en puestos directivos. El Orgullo no puede ser solo una estrategia de marketing”, insistió Sánchez Guadarrama al llamar a sacar a la luz los hechos de 'discriminación estructural' y fortalecer los protocolos de denuncia, liderazgo inclusivo y políticas de bienestar para personas LGBT+”.
En este contexto, Sánchez Guadarrama remarcó que a nivel federal y estatal sigue pendiente “el reconocimiento y la protección de derechos humanos a personas de la diversidad. El crimen de odio por LGBTfobia es un fenómeno que continúa y que aún las autoridades, tanto procuradurías como poderes judiciales particularmente locales, se quedan cortas en la persecución de este delito”.
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“También se tiene identificado que hay discriminación para acceder a servicios de salud. Las mujeres trans son quienes también llevan la peor carga en esta dinámica LGBTfóbica sistémica, la cual es necesario combatir. Hago también mención especial al discurso de odio, el discurso de odio latente, presente en redes sociales, y es algo también en lo que todavía es una agenda pendiente, en que está normalizada la agresión hacia las personas de la diversidad por el simple hecho de ser diferentes”, finalizó Sánchez Guadarrama.
