El pasado 23 de abril, en la comunidad de Xul-Há, Quintana Roo, un grupo de jóvenes cometió un acto de crueldad animal al amarrar a ‘Osito’, un cachorro chihuahua de apenas tres meses, a un dron y elevarlo varios metros del suelo. El video, que rápidamente se viralizó, muestra al pequeño perrito pataleando en el aire mientras los responsables se ríen.
Tras la difusión de las imágenes, autoridades estatales actuaron para rescatar al animal. Actualmente, Osito se encuentra bajo el cuidado de la Secretaría de Ecología y Medio Ambiente (SEMA), donde recibe atención médica, alimentación y rehabilitación emocional.
Expertos en comportamiento animal señalan que experiencias traumáticas como esta pueden generar secuelas a largo plazo, como miedo a los sonidos fuertes o a las alturas, por lo que su recuperación requerirá paciencia y profesionalismo.
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¿Qué consecuencias enfrentarán los responsables?
La gobernadora Mara Lezama se pronunció en redes sociales, asegurando que no habrá impunidad en el caso. Lucio Cruz, director de Bienestar Animal de la Procuraduría de Protección al Ambiente (PPA), confirmó que se aplicará la ley.
En Quintana Roo, el maltrato animal está tipificado como delito en el artículo 179-Bis del Código Penal, con penas de 1 a 5 años de prisión y multas económicas. Además, la ley estatal contempla trabajo comunitario y la prohibición de tener mascotas para quienes sean hallados culpables. Hasta ahora, no se han reportado detenciones, pero el dueño del perrito ya declaró ante el Ministerio Público.
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La reacción en redes y posibles adopciones
La publicación del gobierno estatal mostrando a 'Osito' recuperado generó una oleada de apoyo. Muchos usuarios se ofrecieron a adoptarlo, mientras otros exigieron justicia para los responsables. Organizaciones protectoras de animales han ofrecido apoyo legal y seguimiento al caso para garantizar que no quede en el olvido.
Aunque el cachorro no sufrió heridas físicas graves, el trauma emocional requerirá tiempo de recuperación. Las autoridades evalúan las mejores opciones para su futuro, priorizando un hogar responsable. Activistas han insistido en la importancia de evaluar rigurosamente a los posibles adoptantes para evitar que 'Osito' termine en otra situación de riesgo.
