El Gobierno de la Ciudad de México debe atender con urgencia la creciente problemática de ataques a pasajeros en el transporte público, principalmente el Metro, a través de pinchazos para inyectar sustancias que debilitan a las víctimas impidiéndoles defenderse y mantenerse conscientes.
Así lo planteó la integrante de la bancada del Movimiento Ciudadano (MC) en la Cámara de Diputados, Laura Ballesteros.
La congresista sentenció que hace más de un mes que esos incidentes comenzaron a registrarse y aún no hay una respuesta clara de la autoridad capitalina, lo que resulta grave, ya que la mayoría de las víctimas son mujeres.
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“Todas ellas han coincidido en que han sentido un pinchazo para posteriormente tener mareos, pesadez en el cuerpo a fin de que personas ajenas, extraños, puedan acercarse para quizás posiblemente cometer agresiones sexuales, esto es inaceptable. Tenemos y necesitamos tener la certeza de que nuestra seguridad está garantizada para el transporte y que la jefa de gobierno y el gobierno de la ciudad se van a hacer responsables de esto”, demandó.
Banda de los pinchazos
Por el modo en que están ocurriendo esos casos, alertó, se podría tratar de una red delincuencial que la autoridad local está obligada a detectar y desmantelar, subrayó la también secretaria de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.
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Recordó que en cifras, las mujeres son las que más utilizan el transporte en la ciudad al realizar el 51 por ciento del total de viajes.
Aunado a que el 65 por ciento de esos traslados se realizan en transporte público y las usuarias van en compañía de otras personas que están a su cuidado.
“Nosotras tenemos una movilidad más compleja y además lo hacemos acompañadas de niños, familiares, para hacer compras o realizar otras tareas domésticas. Necesita el gobierno atender esto, es inaceptable que esto siga sucediendo porque si ya son más de una decena de pinchazos, incluso estamos pensando en una red organizada”, alertó.
La congresista federal lamentó que frente a los hechos, la autoridad de la ciudad no cuente con un protocolo claro ni actualizado de atención a la violencia contra la mujer en el transporte.
