Con el inicio de diciembre, es común que el ambiente festivo comience a cubrir las calles, los hogares y los espacios públicos de diferentes maneras. En ese sentido, las posadas surgen como una forma más de celebración que permite la convivencia entre personas cercanas.
Ya sea entre amigos o incluso en algunos lugares de trabajo, es común que se lleven a cabo posadas antes de la fecha en que deberían realizarse: el 16 de diciembre, tal como dicta la tradición, la cual responde a una causa religiosa que te explicamos a continuación.
Este es el motivo por el que las posadas comienzan el 16 de diciembre
Según la tradición, el inicio de las posadas ocurre nueve días previos al nacimiento de Jesús, el 25 de diciembre. Es decir, entre el 16 y el 24 del mes se llevan a cabo estas celebraciones que simbolizan el peregrinaje de María y José en su camino hacia Belén, así como la preparación espiritual para la llegada de la Navidad.
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Estas nueve jornadas, conocidas también como la “Novena de Aguinaldos” o “Novena de Navidad”, recuerdan los nueve meses de embarazo de la Virgen María antes del nacimiento de Jesús. Cada una de las noches representa un momento de reflexión y espera por la llegada del Niño Dios.
El peregrinaje realizado por María y José durante nueve días los llevó a buscar un sitio donde quedarse, tocando diversas puertas en su trayecto hacia Belén. Es a partir de este pasaje que nace el significado de “pedir posada”, una tradición que se recrea en los festejos actuales mediante cantos, recorridos y veladoras encendidas.
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Origen de la primera posada en México
La primera posada en México tiene su origen en el siglo XVI, específicamente en el Convento de Acolman, ubicado cerca de Teotihuacán, en el actual Estado de México. Fue en este lugar donde los frailes agustinos comenzaron a celebrar por primera vez las llamadas “Misas de Aguinaldo”, consideradas el antecedente directo de las posadas que conocemos hoy.
Estas celebraciones surgieron alrededor del año 1587, cuando la Iglesia otorgó permiso a los agustinos para realizar actos religiosos especiales durante los nueve días previos a la Navidad. El objetivo de esto era facilitar la evangelización y enseñar a los pueblos indígenas la historia del nacimiento de Jesús mediante rituales y representaciones que fueran fáciles de comprender.
