SEGURIDAD

Crisis en la UNAM: exigen medidas urgentes tras ola de inseguridad

La UNAM ha comenzado a implementar medidas de seguridad, pero también reconoce la importancia de atender la salud mental.

La situación se ha complicado por actos de violencia que ya habían sido denunciados con anterioridad.
La situación se ha complicado por actos de violencia que ya habían sido denunciados con anterioridad.Créditos: Cuartoscuro
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La reciente ola de desinformación en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), desencadenada tras el asesinato de un estudiante en el CCH Sur, ha dejado a la comunidad académica en estado de alerta.

Esta serie de falsas amenazas ha provocado un ambiente de miedo que ha llevado a la suspensión de clases presenciales en varios planteles, generando un efecto dominó en las decisiones educativas. En entrevista con Manuel López San Martin, para MVS Noticias, Daniel Jacobo mencionó “Estamos enfrentando una semana complicada; las amenazas han generado un ambiente de caos y desconfianza”.

El clima de incertidumbre ha llevado a muchos alumnos y docentes a preferir la educación virtual, dejando vacías aulas que deberían ser espacios seguros de aprendizaje.

Medidas urgentes ante la crisis en la UNAM 

El rector de la UNAM, Leonardo Lomelí, expresó su compromiso de proteger a los estudiantes: “La universidad hará todo lo posible para garantizar su seguridad y un regreso seguro a las actividades”.

Este llamado busca calmar las tensiones, aunque muchos se preguntan si estas acciones son suficientes. Falsas amenazas de bomba y rumores sobre tiradores han sacudido diferentes campus, incluyendo la FES Cautitlán y las preparatorias.

La situación se ha complicado por actos de violencia que ya habían sido denunciados con anterioridad, tales como acosos y agresiones a estudiantes. “El miedo ha sido explotado por individuos que buscan causar pánico”, observó Jacobo, señalando el riesgo de banalizar problemas serios de seguridad con bromas.

 La Necesidad de un Cambio Estructural

La UNAM ha comenzado a implementar medidas de seguridad, pero también reconoce la importancia de atender la salud mental y la necesidad de un entorno escolar saludable. “A largo plazo, debemos insistir en el apoyo emocional y psicológico para estudiantes y profesores”, sostuvo Lomelí, evidenciando que la solución va más allá de la seguridad física.

Frente a este panorama desafiante, la comunidad universitaria sostiene la esperanza de que estos esfuerzos no solo restauren la confianza, sino que también transformen la universidad en un lugar más seguro para todos.