El municipio de Apatzingán, Michoacán, vive momentos de profunda incertidumbre tras el reciente asesinato de Bernardo Bravo, un reconocido líder limonero que se había distinguido por su lucha frontal contra la extorsión y el crimen organizado en la región.
En entrevista con MVS Noticias, la presidenta municipal Fanny Arreola reconoció el dolor colectivo y la “tensa calma” que domina a la población ante la creciente violencia. Y es que, el homicidio de Bernardo Bravo ha impactado profundamente a los ciudadanos, quienes observan cómo la extorsión persiste a pesar de los esfuerzos de coordinación interinstitucional.
Apatzingán bajo la infiltración del crimen organizado
Fanny Arreola admitió que el sentimiento de tristeza se ha generalizado en Apatzingán, un reflejo del papel que Bernardo Bravo jugaba para la comunidad.
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"Hay un impacto colectivo, hay un dolor que aqueja no solo a su familia... [sino que genera] una sensación de incertidumbre, tal vez, de tristeza alrededor de este suceso," señaló Arreola.
La munícipe michoacana explicó que lo sucedido es una muestra clara de que la delincuencia organizada continúa infiltrándose en la cadena productiva. Confirmó que el crimen "logra infiltrarse de manera importante, tener datos, información," para generar los llamados cobros de cuotas o cobros de piso, afectando especialmente a los productores y empacadores de limón.
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Asimismo, destacó que la inseguridad y la extorsión han tenido consecuencias más allá del sector primario. La alcaldesa detalló que la violencia ha provocado un éxodo poblacional considerable en los últimos años, incluyendo municipios vecinos de Tierra Caliente como Buenavista y Aguililla.
La violencia ha llegado al punto de deformar el mercado de productos esenciales. Según la funcionaria, los grupos criminales incluso "fijan precio" a productos tan básicos como la tortilla o los abarrotes en comunidades alejadas.
"Hemos vivido un éxodo poblacional importante que tiene que ver con muchos factores, entre ellos el tema de la violencia," lamentó la presidenta municipal.
Finalmente, al ser cuestionada sobre el miedo de los ciudadanos, Fanny Arreola se mantuvo firme en su llamado a la unidad. Subrayó que, si bien las autoridades locales tienen límites, la lucha no debe cesar.
"lo peor que podemos hacer es perder la esperanza y mucho menos perder la comunicación entre nosotros.", concluyó.
