A 80 años de la promulgación de la Ley Orgánica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el rector Leonardo Lomelí Vanegas enfatizó que la reforma a la máxima casa de estudios se llevará a cabo mediante el diálogo, el trabajo colectivo y la deliberación informada de las y los universitarios.
“En una época marcada por el vertiginoso avance de la inteligencia artificial y crecientes demandas sociales de igualdad, seguridad y participación, nuestra Universidad debe renovar sus marcos jurídicos, así como ampliar y afianzar su democracia interna”, añadió Lomelí Vanegas al recalcar que el pasado 9 de diciembre, se instaló del Consejo Asesor de la Coordinación de Reforma Institucional y Prospectiva Universitaria, que sistematizará un proceso de reforma para “adaptarse y contribuir a comprender y resolver las problemáticas propias de nuestros tiempos”.
De igual forma, reafirmó el rector de la UNAM, “la autonomía es el cimiento sobre el cual generamos el conocimiento, las ideas y los espacios que permiten a las nuevas generaciones liderar los cambios que México y el mundo necesitan”; y subrayó la trascendencia de los principios que inspiran la Ley Orgánica: la libertad de cátedra, la inclusión de la comunidad, la participación democrática, la equidad, el rigor académico, la vinculación comunitaria y la internacionalización del conocimiento. “Apoyándose en ellos, la UNAM seguirá siendo tanto un espacio abierto y plural, como un referente ético e intelectual, siempre al servicio de México y de la humanidad”, remarcó el rector Lomelí.
Te podría interesar
El Abogado General de la Universidad Nacional, Hugo Alejandro Concha Cantú, apuntó por su parte que la Ley Orgánica de la UNAM “ha probado ser una norma que permite el equilibrio entre la estabilidad y la flexibilidad”. No es antidemocrática, pues asegura que en las autoridades colegiadas están representados todos los sectores de la comunidad, los cuales se encargan de nombrar a otras autoridades universitarias, por ejemplo.
Te podría interesar
Asimismo, el investigador emérito del Instituto de Investigaciones Jurídicas, Diego Valadés Ríos, destacó que la UNAM es “una sede de libertades donde se aprende, piensa, delibera y crea sin exclusiones ni imposiciones; donde no hay antagonismos ideológicos, pues todas las ideas tienen cabida y donde la vida institucional evita los personalismos. A diferencia de la sociedad política, en la académica no hay mayorías ni minorías, solo hay razones, ideas, conocimientos y acciones creativas, cuya expresión y desarrollo exigen respeto para cada integrante de la comunidad”, dijo.??Toda persona cuenta, remarcó, y en eso consiste la libertad para enseñar y aprender, investigar y discernir, generar conocimiento y practicar la creatividad. “En la sociedad política se busca el poder, en la sociedad académica, el saber”, finalizó Valadés Ríos.