El Domingo Negro es una herida que no para de sanar desde hace ya 25 años, precisamente desde el 26 de septiembre de 1999, en la Ciudad de Celaya, estado de Guanajuato. Aquel día, una serie de explosiones provocadas por material pirotécnico tuvieron lugar en la Abarrotera Celaya, ubicada en la calle Antonio Plaza, lo que provocó la muerte de 72 personas y dejó a más de 350 heridas, siendo esta, la tragedia más grande y sufrida de la historia de la región.
El "Domingo negro" es el nombre que quedó en la historia de Celaya, que a pesar del paso del tiempo y superando las dos décadas de lo ocurrido, se sigue buscando justicia, o al menos tener presente en la memoria a las víctimas y a quienes hoy siguen pagando las consecuencias de los daños ocasionados.
¿Cómo se dio la tragedia del "Domingo Negro"?
La primera explosión tuvo lugar en la bodega de la abarrotera a eso de las 10:15 horas del domingo, el cual trasladó el fuego a un negocio cercano a la esquina de las calles Antonio Plaza y Felipe Ángeles, para que que rápidamente llegue al lugar una unidad de Bomberos y detrás de ellos paramédicos, Policía Preventiva y oficiales de Tránsito.
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A pesar de todo el operativo montado, minutos más tarde se produjo una segunda explosión, siendo esta mucho más fuerte que la primera, a tal punto que destruyó mucho de lo que había en el camino, desde locales, vehículos, hasta lo más lamentable: la muerte instantánea de 72 personas.
Rescatistas perdieron la vida y hubo un solo condenado
Varias de las víctimas fatales de aquella tragedia fueron civiles, pero también se encontraron los rescatistas Juan Rodríguez Corona, Cristina Camarena Laguna y Jesús Revilla Sánchez. Cabe destacar que también perdió la vida el fotógrafo Matías Niño y horas más tarde de sus graves lesiones también ocurrió lo mismo con el fotoperiodista de El Sol del Bajío, Leonicio Lira.
Cabe destacar que por estos días muchos de los cientos de heridos por aquella tragedia siguen teniendo serias consecuencias. A pesar de todo lo ocurrido, solo una persona fue condenada, y la reparación del daño causado a todas las víctimas nunca se llevó a cabo.