La propuesta, impulsada por las senadoras Geovanna Bañuelos y Cora Pinedo, así como por el senador Joel Padilla, tiene el objetivo de dignificar y garantizar los derechos laborales y de salud de las trabajadoras sériales.
En este sentido, plantea establecer en la ley la definición de “trabajo sexual”, que, en muchos casos, es la única forma de subsistir para hombres, mujeres y personas de la comunidad LGBTTTIQ+.
La iniciativa busca que se respeten todos los derechos de las y los trabajadores sexuales y se dignifique su trabajo, el derecho a la salud, así como a la educación sexual y reproductiva.
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Además, plantea establecer el deber de las autoridades de no estigmatizar a las personas dedicadas al trabajo sexual y respetar su derecho a una defensa legal garantizada y proporcionada por el Estado en caso de necesitarla.
De igual forma, la propuesta prevé que las personas dedicadas al trabajo sexual no podrán ser obligadas a tener relaciones sexuales sin el uso de métodos anticonceptivos y no podrán ser violentadas física, emocional o sexualmente.
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En este sentido, enfatiza que es necesario crear políticas y programas institucionales para garantizar condiciones dignas a quienes ejercen el trabajo sexual.