El Instituto Mexicano para la Competitividad dio a conocer que el desarrollo de la región sur-sureste del país es el pendiente más urgente en términos de bienestar social para la próxima administración y para conseguirlo el gas natural que es más asequible, más eficiente y menos contaminante, puede ser un catalizador para reducir la pobreza energética de la región.
A través de un análisis de la situación, el Instituto reconoció que, a diferencia del norte y Bajío, esta región no ha logrado transitar la ruta de la modernización económica e integrarse a la cadena de producción de América del Norte debido a múltiples factores, uno de ellos, la falta de infraestructura energética en la región.
La región sur-sureste de México presenta deficiencias en múltiples indicadores que se relacionan directa o indirectamente con su competitividad, entendida como su capacidad para generar, atraer y retener talento e inversión. Por ejemplo, en tres entidades de la región sur-sureste: Oaxaca, Chiapas y Guerrero, más de 40% de los hogares utilizan leña como combustible para cocinar. En Oaxaca este es el principal combustible doméstico con 50.5%, mientras que el promedio nacional es 13.3%, explicó.
Desde el ángulo de inversión, a pesar del interés de empresas de diversas partes del mundo por establecerse en países como México, actualmente no existen las condiciones que permitan que estas se instalen en el sur-sureste del país. Esto es consecuencia de que esta región es menos atractiva para los inversionistas en comparación con sus contrapartes del norte y centro debido, entre otras cosas, a su limitada disponibilidad de gas natural y sus costos comparativamente más altos de energía eléctrica.
Agregó que la energía eléctrica en el sur-sureste es más costosa que en el resto del país. En 2023, el precio promedio de la electricidad en los 607 nodos que se ubican en las nueve entidades de la región fue de 958.6 MXN/MWh. Este precio fue 14.3% mayor al precio promedio nacional (838.5 MXN/MWh) y 34.7% superior al promedio de la región noreste (711.8 MXN/MWh), la zona del país con los menores precios. A nivel nacional 3.7% (1 millón 384 mil 494) de las viviendas destinan más del 10% de su ingreso a electricidad y combustibles, 32% de las cuales se ubican en la región sur-sureste.
La desigualdades que permean en sur-sureste de México no se resolverán si no se atiende primero la pobreza energética prevalente en la región. El gas natural tiene el potencial para reducirla por dos vías: desde la generación eléctrica menos contaminante y más asequible, hasta su incorporación como combustible de uso doméstico en las zonas urbanas de la región, concluyó el IMCO.