Jesús Murillo Karam llega a su domicilio de Lomas de Chapultepec

Luego de un año y siete meses de permanecer en el Reclusorio Norte y la Torre Médica de Tepepan; el extitular de la entonces Procuraduría General de la República (PGR), Jesús Murillo Karam, regresó a su domicilio, desde donde enfrentará los dos procesos penales que se iniciaron en su contra por el caso Ayotzinapa.

La excarcelación del exgobernador de Hidalgo se dio en acatamiento a la resolución del 4 de abril de este año del Primer Tribunal Colegiado en materia Penal, mediante la cual le concedió al el beneficio de la prisión domiciliaria.

Murillo Karam salió de la Torre Médica minutos después de las 11 de la mañana y en medio de un fuerte operativo de seguridad, fue trasladado, a bordo de una camioneta tipo Suburban de la Guardia Nacional, a su casa de las Lomas de Chapultepec, a la que llegó a las 11:41 horas.

Vestido con ropa color café, con una gorra y barba, el exservidor público fue recibido por sus familiares.

Durante la audiencia que se realizó el pasado viernes, la Fiscalía General de la República (FGR) solicitó imponerle al exservidor público 15 medidas cautelares; sin embargo, Juan José Hernández Leyva, juez de control con residencia en el Reclusorio Sur, sólo aprobó siete.

Las disposiciones que el impartidor de justicia le fijó a Murillo Karam son: la vigilancia perimetral y en los accesos a su domicilio, el establecimiento de un registro para visitantes y la prohibición de comunicarse con víctimas o testigos, principalmente con Felipe Rodríguez Salgado, El Cepillo, jefe del grupo criminal Guerreros Unidos, quien se dice víctima de las torturas que atribuyen al exfuncionario.

También deberá entregar su visa y pasaporte, además de que el juez dará aviso a la Secretaría de Relaciones Exteriores de que dicho documento se encuentra bajo resguardo para que no se tramite otro, mientras que el Instituto Nacional de Migración deberá emitir una alerta migratoria para impedir todo intento de salida del país.

Hernández Leyva explicó que únicamente autorizó estas medidas porque las restricciones de la prisión domiciliaria deben ser equivalentes a las de un centro de reclusión, motivo por el cual rechazó imponerle un brazalete electrónico, ya que la legislación vigente le impide combinar una medida cautelar con otra.